Solemnidad de la Inmaculada Concepción

Liturgia de las Horas: Propio del Salterio

Color: Blanco

Santoral

• Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María

Introducción a la celebración

Hermanos y hermanas: Todos hemos nacido de una mujer que nos ha cuidado y nos ha querido. Una de las mayores riquezas que tiene el hombre es su madre.

También Jesús tuvo una madre, la Virgen María. Toda la grandeza de esta mujer, bendita entre todas las mujeres, está en ser la madre del Señor.

En esta fiesta de la Inmaculada Concepción, celebramos el excepcional privilegio que Dios le concedió: desde el instante de su concepción fue preservada de toda mancha de pecado. Como estamos de fiesta, los ornamentos del sacerdote son blancos.

Nos ponemos de pie. Nos disponemos a celebrar esta eucaristía con alegría y como hermanos y, uniendo nuestras voces, cantamos.

Saludo inicial

Hermanos: Dios vino, viene y vendrá para hacernos santos e irreprochables, como leeremos en la segunda lectura.

A la santísima Virgen no sólo la hizo santa e irreprochable, la preservó de todo pecado desde la concepción.

El amor y la misericordia

del Señor Jesús,

nacido de la Virgen,

concebida sin pecado,

estén con todos ustedes.

Acto penitencial

María fue preservada de todo pecado por los méritos de Jesús. Pidamos, con fe, que Dios purifique nuestros corazones.

– Padre bueno, tú preservaste a María de todo pecado: limpia nuestro corazón.

Señor, ten piedad.

– Cristo, tú naciste de María Inmaculada y nos la diste como Madre.

Cristo, ten piedad.

– Espíritu Santo, tú descendiste sobre María y la cubriste con tu gracia.

Señor, ten piedad.

Gloria

Alabemos a Dios y glorifiquemos su nombre, porque él escogió a María para madre de su Hijo encarnado. Gloria...

Liturgia de la Palabra

Primera lectura (Gn 3, 9-15. 20): En el mismo momento en que se produce el pecado, Dios anuncia la esperanza de la reconciliación.

Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: "¿Dónde estás?" Él contestó: "Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí." El Señor le replicó: "¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?" Adán respondió: "La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí." El Señor dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" Ella respondió: "La serpiente me engañó, y comí." El Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón."

El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Salmo (Sal 97, 1-4): Ante la promesa de Dios, el salmo glorifica al Señor porque se acordó de su amor y su fidelidad. Participamos de esta oración, aclamando: Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas.

Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de su misericordia y su fidelidad / en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al Señor, tierra entera; / gritad, vitoread, tocad. R.

Segunda lectura (Ef 1, 3-6. 11-12): Antes de la creación del mundo, Dios nos pensó y nos llamó a ser santos e irreprochables.

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.

Evangelio (Lc 1, 26-38): Dios colma de gracia a María y anuncia el nacimiento del Salvador. María acepta que Dios haga su obra en ella.

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel.

Credo

Confesemos nuestra fe en Dios Padre y en Jesucristo, nacido de la Virgen María, por obra del Espíritu Santo. Creo...

Oración de los fieles

Pidamos al Dios de la misericordia, que tantas maravillas obró en María, por las necesidades del mundo entero.

A cada intención, pedimos: Con María, la llena de gracia, te lo pedimos, Señor.

Para que la Iglesia, en cada comunidad, anuncie con valentía la esperanza que trae Jesús. Oremos.

Para que nuestra patria, tan devota de María, viva con mayor justicia y solidaridad. Oremos.

Para que todos los que sufren encuentren fortaleza en María, consuelo de los afligidos. Oremos.

Para que crezcan en nosotros las actitudes de fe, humildad y aceptación de la voluntad de Dios que nos inspira María. Oremos.

A ti, Padre, que nos has favorecido con toda clase de bendiciones, te presentamos estas intenciones por medio de María, la llena de Gracia. Tú que vives...

Presentación de las ofrendas

Después de alimentarnos con la Palabra de Dios, preparamos la Mesa de la eucaristía. Junto al pan y el vino, y junto a María, la servidora del Señor, llevemos al altar los gozos y las fatigas de cada día.

Prefacio (Propio PEI)

Jesús, el Hijo de María, nos invita ahora a compartir su acción de gracias al Padre, porque preservó a la Virgen María de toda mancha del pecado original y la enriqueció con la plenitud de la gracia.

Padrenuestro

Dios Padre nos quiere santos e irreprochables. Junto a María, pidamos hacer su voluntad. Padre nuestro...

Cordero de Dios

Éste es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Jesús, que con sus méritos santificó a María y nos santifica a nosotros. Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Comunión

Hermanos: Como hizo con la Virgen, Jesús viene a nuestro corazón para llenarnos con su gracia. Recibámoslo con fe y renovemos nuestro amor. Alegres, marchemos a recibir el Pan de Vida.

Avisos parroquiales

(Después de la Oración postcomunión).

Rito de conclusión

La Misa ha terminado. Nuestra misión comienza.

Hermanos: Dios nos llama a la santidad. Vivamos las actividades de cada día con la fe, la humildad y la entrega que nos enseña la Virgen Inmaculada.

El Señor esté con ustedes.

Bendición Solemne (M. pág. 637, nº 15).

Canto Final

Queridos amigos: Con el gozo de haber glorificado a Dios honrando a la Virgen María, nos retiramos cantando.