EL HIJO AMADO Y PREDILECTO DEL PADRE
MONICIÓN DE ENTRADA
Hermanos y hermanas, sed todos bienvenidos a la Eucaristía. El pasado miércoles –hace solo unos pocos días—veíamos a Jesús Niño recostado en el pesebre de Belén mientras que los Reyes de Oriente le adoraban y traían regalos. Hoy le vamos a contemplar ya como hombre, junto al Jordan, y esperando el turno, como uno más, para ser bautizado por Juan Bautista. Ha pasado mucho tiempo en pocos días. Y si la Epifanía era la manifestación de Dios, por medio de un niño, a los pueblos gentiles. Hoy, Dios, en el momento del bautismo ofrece a la humanidad a su Hijo Único para que seamos salvados. Ambas fiestas se parecen, aunque la de hoy sea una frontera clara entre el Tiempo de Navidad y el Tiempo Ordinario. Hoy Jesús, ante nosotros, inicia su vida pública, y nos acompañará durante semanas. Iniciemos, pues, con emoción y alegría nuestra asamblea dominical.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- El Profeta Isaías, en la primera lectura, nos enseña como será el Mesías, todo suavidad. “El pábilo vacilante no lo apagará”. El pábilo es esa llama que pugna por seguir ardiendo y que cualquier golpe de aire puede apagarla. El Mesías no lo hará. En este fragmento del capítulo 42 del profeta Isaías se hace una hermosa descripción de Jesucristo y, además, añade que será nuestro liberador y quien dará luz a nuestros ojos.
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 42, 1-4.6-7
Así dice el Señor:
--Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.
Palabra de Dios
S.- El Salmo 28 refleja la admiración del pueblo de Dios ante el Supremo Hacedor que reina con su fuerza sobre la tormenta. El título del salmo es, precisamente, “Dios en la tempestad”. Y es en esa fuerza de la naturaleza donde se demuestra visiblemente su fuerza, la cual pone a la disposición de su pueblo para que sea feliz. A nosotros hoy nos acerca a esa seguridad que necesitamos en estos tiempos tan difíciles.
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 28
R.- EL SEÑOR BENDICE A SU PUEBLO CON LA PAZ
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.-
La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnifica. R.-
El Dios de la gloria ha tronado.
El Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El Señor se siente por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno R.-
2.- En la segunda lectura, sacada del capítulo diez de los Hechos de los Apóstoles, Pedro se refiere, por su parte, al papel del Salvador, “que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos” y hacer referencia al bautismo de Juan. Para añadir que Dios acepta a todos y no hace distinciones aceptándonos a todos. Estamos ante un texto de gran hondura y frutos de importante enseñanza.
LECTURA DEL LIBRO DEL HECHO DE LOS APÓSTOLES 10, 34-38
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
-- Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y práctica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
Palabra de Dios
3.- San Lucas nos dice que el pueblo estaba en expectación. Esperaban al Mesías. Juan lo anuncia, pero no se atribuye ninguna gloria personal. Jesús se bautizó junto a sus hermanos, junto a todo el pueblo. Y, entonces, Dios habló. Y todos, los hombres y la historia, supimos que nuestra salvación había llegado.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 3, 15-16.21-22
En aquel tiempo el pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías: él tomó la palabra y dijo a todos:
-- Yo os bautizo con agua, pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
En un bautismo general Jesús también se bautizó. Y mientras oraba, se abrió el cielo, bajo el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:
--Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto
Palabra del Señor
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COMENTARIO
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros La celebración de hoy intenta ayudarte a saborear las riquezas de la Navidad. Te invita a una contemplación del misterio de la Encarnación, a descubrir la verdadera naturaleza del hombre a la luz de Jesucristo, la Palabra hecha carne. Porque uno de los peligros más serios que tienes es que la Navidad se quede reducida a puro consumismo, a un enorme sentimentalismo, o a un simple recuerdo histórico, todos ellos insuficientes. Por eso, la Palabra de Dios que proclamamos hoy te recuerda cuál es el mensaje central de la Navidad: Dios se ha hecho hombre para que tú seas divinizado, la Palabra se ha hecho carne para darte la salvación, para hacerte pasar de esclavo a hijo de Dios. El Evangelio te recuerda además, que "vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron", y, con ello, te invita a recibir al Señor que está aquí para que puedas disfrutar esa salvación que te trae, que te regala. Recibir al Señor significa abrirle el corazón de par en par, dejar que Él lo llene y aceptar sin condiciones el camino que Él te propone para poder alcanzar esa salvación que te trae como un regalo. Recibir al Señor significa, en definitiva, dejarte amar por Él. El drama de mucha gente hoy es que ha rechazado a Jesús: mucha gente no quiere saber nada de las exigencias del Evangelio, ni quiere saber nada de la vida cristiana en la Iglesia. Por eso el Evangelio de hoy te propone que mires al fondo de tu corazón y te preguntes si de verdad has recibido a Jesús, si de verdad se nota en tu vida que crees que Dios se ha hecho hombre en Jesucristo. Este es el camino para alcanzar la felicidad -cargado con la cruz- y la vida eterna. Y esta es la razón por la que en la sociedad hay tanta gente frustrada y sin esperanza, tanta gente infeliz: porque han rechazado al Dios de la vida, y el que tiene a Dios en su corazón puede encontrar la verdadera felicidad y la plena realización como persona. ¿Has recibido a Jesús? ¿Está Él en tu corazón? ¿En qué cosas se debe notar más en tu vida que crees que Jesús es el Señor? ¡Ánimo! ¡Ábrele el corazón al Señor! No tengas miedo a seguirle. Él será el Señor de tu vida y te dará la paz y la felicidad que el mundo no puede darte. Él te llevará a la vida eterna. Compromiso semanal Durante estas fiestas visita a los ancianos y enfermos de tu familia. |
ORACION DE LOS FIELES
Hoy, renovamos con Cristo nuestro bautismo y ponemos ante el Padre nuestras dificultades para mantener limpio aquella vestidura blanca. Repetimos:
R.- SEÑOR, QUE TU AGUA NOS LIMPIE.
1.- Por el Papa, por los obispos y sacerdotes, cauces por los que nos llega la salvación de Dios, para que aspiren siempre a la santidad a través de su ministerio.
OREMOS
2.- Por los gobernantes, los poderosos, para que sean sus acciones acordes al bien de todos.
OREMOS
3.- Por todos los niños que se bautizarán este año, por los que harán su primera comunión, por los jóvenes que recibirán la Confirmación, para que sean fieles a la voz del Espíritu y sigan sus enseñanzas.
OREMOS
4.- Por los enfermos para que el agua que limpie su enfermedad y sean fieles reflejos de la salvación de Dios.
OREMOS
5.- Por las familias cristianas para que la armonía de las fiestas que hemos vivido, dure y sepan afrontar desde Cristo las dificultades cotidianas.
OREMOS
6.- Por todos nosotros para que renovando las promesas del Bautismo, crezcamos en la Fe, la Esperanza y el Amor.
OREMOS
Padre, haz que seamos fieles a las enseñanzas de tu Hijo Amado y atiende estas necesidades que te hemos presentado.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén
OFRENDAS:
"Señor, con el pan y el vino te presentamos nuestra vida. Haz de nosotros un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que yo ponga amor. Donde haya ofensas, que yo ponga perdón. Donde haya discordia, que yo ponga verdad. Donde haya duda, que yo ponga fe. Donde haya desesperanza, que yo ponga esperanza. Donde haya tinieblas, que yo ponga luz. Donde haya tristeza, que yo ponga alegría".
PADRE NUESTRO:
He llamado a tu puerta, Señor, y queremos decirte PADRE NUESTRO. Padre Nuestro, Padre de Jesús, tu enviado; Padre de todos los bautizados, pasados, presentes y futuros; Padre de todos los hombres, desde la aurora de los tiempos su terminación. QUEREMOS DECIRTE CON JESÚS LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ.
PAZ:
Danos, Señor, la paz, tu paz de cada día; la paz que el mundo no entiende, la paz que llena el corazón. Danos, Señor, la paz que prometiste a tus discípulos y que brota de las fuentes secretas de vivir perdonando a los hermanos y comprendiendo su fragilidad.
Danos, Señor, la paz, que nace de tener puestos en Ti los pies, porque tú eres roca fuerte. SEÑOR, DANOS LA PAZ.
FINAL:
1.-Pidamos especialmente a Dios que nos ayude a renovar el gran don del Bautismo.
2.-Que esta Eucaristía nos ayude a ser cada día mejores apóstoles de Cristo y más fieles al don recibido en nuestro Bautismo.
3.-Que María de Nazaret, la gran discípula y seguidora del Maestro, nos enseñe a ser cada día mejores seguidores de su Hijo Jesús.
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