El Domingo del Buen Samaritano
La parábola del hombre malherido por los ladrones camino de Jericó es toda una catequesis muy fuerte, muy radical, de Jesús de Nazaret contra la religión oficial judía. Los “malos”, los que no atienden al moribundo, son dos miembros de la élite religiosa de Israel. Quien recoge al herido, le lleva a la posada y da dinero para que el posadero le cuide es un hereje, un samaritano, un excomulgado, pero es quien se apiada del robado y apaleado. Sin duda, explica Jesús muy bien quien es nuestro prójimo, pero también recuerda la falta de humanidad –de amor en definitiva—de quienes deberían estar más entregados a la ayuda de los más necesitados. Es una gran lección también útil para nuestros días.
Liturgia de las Horas: 3ra. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Introducción a la celebración
Hermanos
y hermanas: ¡Cuántas veces oímos en nuestras celebraciones referencias a la
palabra de Dios! Ya casi esta expresión
no nos dice nada.
La
liturgia de este domingo 15º Durante el
año habla de la Palabra de Dios: sus
mandamientos,
sus preceptos, su propuesta, remarcando la importancia no solo
de
escucharla, sino también de ponerla en práctica. El mensaje queda ilustrado hoy
con
la parábola del buen samaritano.
Nos
ponemos de pie. Recibimos al padre que presidirá nuestra eucaristía, y cantamos
Saludo inicial
“La palabra está muy cerca
de ti, en tu boca y en tu corazón para
que la practiques”, escucharemos
en la Primera lectura.
Hermanos: El evangelio de
hoy nos mostrará una forma muy cristiana de practicar esa Palabra: amar al
prójimo como a uno mismo.
Bendito sea Dios, el Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que a todos nos hizo hijos
y hermanos unos para los
otros, y que su amor permanezca con ustedes.
Acto
penitencial
“¡Amar
a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo!”. ¿Quién no falla más de una vez?
Pidamos perdón con confianza de hijos:
- Tú te compadeces de nosotros.
Porque
nos cuesta convertirnos.
Señor,
ten piedad.
–
Tú eres la imagen del Dios invisible
Porque no vemos en el
prójimo tu propia imagen.
Cristo, ten piedad.
–Tú quieres reconciliarnos
con Dios.
Porque dejamos de practicar
su palabra.
Señor, ten piedad.
Gloria
Alabemos y glorifiquemos a
la Trinidad que cada domingo, nos invita a celebrar el día del Señor: Gloria...
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Deut 30, 9-14): El Antiguo Testamento es preciso: hay que
escuchar la voz del Señor y cumplir sus mandamientos.
Habló Moisés al pueblo, diciendo:
-- Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el Código de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma. Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda, ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir: "¿quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará para que lo cumplamos?; ni está más allá del mar, no vale decir: ¿quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?" El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.
Palabra de Dios.
Salmo (Sal 68, 14. 17. 30-31. 36ab-37): Haciéndose eco de la enseñanza recibida,
el salmista suplica a Dios
fortaleza para cumplir su palabra.
Participamos de esta oración aclamando:
Busquen al Señor, y vivirán.
Segunda lectura (Col 1, 15-20): San
Pablo nos presenta un profundo retrato de Cristo Jesús, imagen del Dios invisible.
Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios.
Evangelio (Lc 10, 25-37): Con la parábola del buen samaritano, Jesús ilustra de qué manera se
pone en práctica la palabra de Dios.
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?"
Él le dijo: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?"
Él contestó: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo."
Él le dijo: "Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida."
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?"
Jesús dijo: "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él, y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?"
Él contestó: "El que practicó la misericordia con él."
Díjole Jesús: "Anda, haz tú lo mismo."
Palabra del Señor .
Credo
Al proclamar nuestra fe, le decimos al Señor
que sus palabras son espíritu y vida. Proclamemos con fervor: Creo...
Oración de los
fieles
La Palabra de Dios nos
llama a ver su imagen en cada hombre.
Oremos con fervor por toda
la humanidad.
A que nos invita a escuchar su palabra y a mantenernos
siempre firmes en el seguimiento de su Hijo.
A cada intención, pedimos:
Danos fuerza, Señor, para practicar tu palabra.
Por los sacerdotes, misioneros,
catequistas, por todos los que predican la palabra de Dios: para que lo hagan
con alegría y coraje. Oremos.
Por los que lesionan la dignidad y los
derechos de las personas: para que vean en el prójimo la imagen del Dios
invisible. Oremos.
Por las víctimas de las injusticias
sociales: para que su dolor encuentre eco en los responsables de la sociedad.Oremos.
Por nosotros: para que, alimentados por la
palabra de Dios, nos comprometamos cada vez más en practicar las obras de
misericordia. Oremos.
Dios, Padre nuestro, tú
enviaste a Jesús a vendar y sanar
nuestras heridas; por tu gran misericordia vuélvete hacia nosotros y ayúdanos a
no pasar de largo frente a las heridas de los demás. Te lo pedimos...
Presentación de las ofrendas
Cristo, muerto y resucitado
para nuestra salvación, es nuestra gran
ofrenda al Padre. Unidos a él, presentemos al Señor nuestro decidido
compromiso de imitar al buen samaritano.
Prefacio (P.E.
V/b)
La plegaria eucarística
comienza por el himno llamado prefacio.
Nos unimos al celebrante
que da gracias al Señor, nuestro Dios, porque nos invita a escuchar su palabra y a mantenernos siempre firmes en el
seguimiento de su Hijo.
Padrenuestro
Antes de participar del
banquete eucarístico, sintámonos hermanos rezando la oración que Jesús nos
enseñó: Padre nuestro...
Cordero de Dios
El Señor tiene palabras de
vida eterna. Este es el Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo: Jesús, el buen samaritano de toda la humanidad.
Dichosos los invitados a la
Cena del Señor.
Comunión
Hermanos: La eucaristía
alimenta y sostiene nuestro esfuerzo
cotidiano por escuchar y practicar los
mandatos y preceptos de Dios.
Rito de conclusión
La Misa ha terminado.
Nuestra misión comienza.
Hermanos: Después de
explicarnos cómo se ama al prójimo, Jesús nos dice: “Ve y procede tú de la
misma manera”.
Hermosa misión la del
cristiano, cuya alegría nadie nos la puede arrebatar.
Que el Señor esté con ustedes.
Concede, Señor, a todos los que se consideran
cristianos
comprometerse con las exigencias
de ese nombre.
Y que la bendición...
Despedida
Queridos amigos: Con
alegría porque hemos escuchado la palabra de Dios y nos hemos fortalecido con
la eucaristía, nos retiramos cantando.
FELIZ DOMINGO EN EL SEÑOR !!
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