Corregir con amor
Una señora tenía una sirvienta muy trabajadora, pero comprobó que cada vez que su sirvienta visitaba a su madre echaba en falta algo.
La espió y encontró un cesto con azúcar, café, telas y otras baratijas escondido debajo de la cama. Cesto que llevaba a su madre.
La señora no se sublevó ni reaccionó con violencia o insultos. Sintió compasión y con cordialidad le dijo: “Estoy segura de que su madre vive en escasez y aquí tenemos de todo. En este cesto hay azúcar, café y unas telas, déselas a su madre y dígale que le envío mis mejores saludos y deseos.
La sirvienta se puso colorada y balbuceó un tímido gracias.
Nunca más la señora echó nada en falta.
La corrección surtió su efecto y las dos convivieron en paz y sin sospechas durante largos años.
“Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos”.
La palabra pecado, ayer tan presente en nuestras vidas, hoy, ha perdido contenido y se ha secularizado. Ya no hay que dar cuentas a nadie, ni a Dios ni a los demás y mucho menos al cura.
Los grandes pecados de la Iglesia primitiva: la apostasía, el adulterio y el homicidio necesitaban confesión y penitencia pública; hoy, son aireados por los medios de comunicación y ya no nos escandalizan.
Ya no hay intimidad, todo ha salido del armario para regocijo de las masas ávidas de escándalos.
¿Creen ustedes que aún hay pecados?
¿Pueden decirme uno?
¿Cuándo fue la última vez que a solas reprendió a un hermano como pide el evangelio?
La corrección fraterna, según el espíritu del evangelio proclamado, ha desaparecido. Todos rechazamos la corrección.
Cuando alguien nos hiere o insulta, además de sentirnos mal lo contamos a los demás: “Mira lo que me ha hecho este tipo”.
El pecado existe y es un gran mal. A nosotros nos toca eliminar sus efectos y sanar al pecador. Tarea difícil en este tiempo de un individualismo feroz, pero hay que intentarlo y de una manera especial entre nosotros, los seguidores de Jesús, la Iglesia de Jesús.
“Si hace caso, has salvado a tu hermano”.
“Existimos desde un diálogo”.
Un diálogo con Dios al que confesamos nuestros pecados y el que siempre nos perdona.
Cuando este diálogo se rompe y vivimos por nuestra cuenta, el pecado que acecha a nuestras puertas nos secuestra y nos convertimos en sus rehenes. Sólo Dios nos puede liberar.
Un diálogo con los hermanos de la comunidad cristiana, familia de los engendrados por el Espíritu de Jesús.
La Iglesia es comunidad de pecadores, una familia de gente imperfecta que tiene por misión ayudarnos mutuamente a madurar en el amor.
La Iglesia dice un escritor es como el arca de Noé. Si no fuera por la tormenta que ruge afuera nadie podría aguantar el olor que hay dentro.
Este diálogo con los hermanos es también confesión de los pecados, “confesaos mutuamente vuestros pecados”, es animación a vivir unidos a Cristo, nuestra Cabeza, es comunión con los hermanos y es oración: “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
Diálogo con nosotros mismos. Buceo en el interior más interior de nuestro ser para que el “ante ti, ante ti, sólo pequé” del salmista resuene claro y arrepentido y me abra al triple diálogo humano.
En la Iglesia de Jesús todos somos ilegales, todos somos acogidos, todos somos queridos, los de cerca y los de lejos, todos somos corregidos y perdonados por la gran misericordia de Dios.
Hermanos e Iglesia, dos palabras esenciales de la vida cristiana, dos realidades a descubrir y a vivir según el evangelio de Jesús de este domingo.
No sé a quien tiene a su lado en esta eucaristía, pero a la hora de la paz, mírelo como a su hermano, tal vez no tenga nada que perdonarle, nosotros no traficamos con grandes pecados, pero los pequeños pecados, a veces duelen más y el gesto de la paz le sabrá mucho mejor.
“El amor es la anestesia que hace posible la cirugía, que hace llevadero el sufrimiento y que nos facilita el amar a los que nos hacen mal”.
Liturgia de las Horas: 3ra. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
ENTRADA
Bienvenidos Juntos formamos el pueblo de Dios aquí congregado para alabar a Dios y escuchar el mensaje de salvación.
La Palabra de Dios nos invita hoy a sentirnos iglesia y a unir nuestras voces para orar al Padre de Jesucristo.
Celebremos con alegría y fe la fiesta del Señor y la fiesta de la comunidad.
Entonemos el canto de entrada.
PRIMERA LECTURA
El profeta es el que habla de parte de Dios, el que proclama el anuncio de Dios.
El profeta es el bautizado que se siente responsable de la salvación de su hermano.
Lo nuestro no es salvar a nadie, sólo Dios salva. Lo nuestro es señalar el camino que lleva a la vida.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
Así dice el Señor:
--A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: "Malvado, eres reo de muerte", y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 94
R.- OJALÁ ESCUCHÉIS HOY LA VOZ DEL SEÑOR: "NO ENDUREZCÁIS VUESTRO CORAZÓN".
SEGUNDA LECTURA
Pablo nos recuerda a todos los cristianos la actitud positiva, la palabra mágica, la raíz de la vida: el amor.
El que ama no hace daño, no debe nada a nadie. El que ama es Dios.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
Hermanos:
A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás" y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
En el mundo de los hombres está la ofensa y el mal bajo todas sus formas.
Cuando el doctor detecta el mal en nuestro cuerpo intenta curarlo. Cuando nosotros descubrimos el pecado también tenemos que sanarlo y extirparlo.
Escuchemos la proclamación del evangelio.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
--Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Palabra del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos por la Iglesia para que sea lugar de perdón y de reconciliación.
Oremos por los gobernantes de las naciones para que busquen la paz y el entendimiento entre todos los pueblos.
Oremos por los que sufren la violencia en sus casas, en las cárceles, por los pobres y por los abandonados para que encuentren nuestra ayuda y la paz de Dios.
Oremos por todos los niños para que su paso por la escuela sea un tiempo de amistad y de sana convivencia.
Oremos por nuestra comunidad parroquial para que aprendamos a perdonar y a corregir nuestros pecados.
Oremos por nuestros difuntos y (nombres…) para que el poder de Dios les perdone y acoja en su reino de amor.
OFERTORIO
"Señor, con el pan y el vino te presentamos nuestra vida. Haz de nosotros un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que yo ponga amor. Donde haya ofensas, que yo ponga perdón. Donde haya discordia, que yo ponga verdad. Donde haya duda, que yo ponga fe. Donde haya desesperanza, que yo ponga esperanza. Donde haya tinieblas, que yo ponga luz. Donde haya tristeza, que yo ponga alegría".
PAZ
Danos, Señor, la paz, tu paz de cada día; la paz que el mundo no entiende, la paz que llena el corazón.
MEDITACIÓN: (Madre Teresa de Calcuta)
1.-La vida es una oportunidad, aprovéchala.
2.- La vida es una belleza, admírala.
3.- La vida es un sueño, hazlo realidad.
4.- La vida es un reto, afróntalo.
5.- La vida es un deber, cúmplelo.
6.- La vida es un juego, juégalo.
7.- La vida es preciosa, cuídala.
8.- La vida es riqueza, consérvala.
9.- La vida es amor, gózala.
10.- La vida es un misterio, desvélalo.
11.- La vida es tristeza, supérala.
12.- La vida es himno, cántalo
13.- La vida es combate, acéptalo.
14.- La vida es tragedia, domínala.
15.- La vida es una aventura, arrástrala.
16.- La vida es felicidad, merécela.
17.- La vida es vida, defiéndela.
Feliz Domingo en la paz del Señor !!
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