Introducción a la celebración
Hermanos y hermanas: Celebramos hoy la fiesta del
Bautismo de Jesús.
Esta fiesta corona el tiempo de Navidad e inaugura el
tiempo Ordinario, llamado también Durante el Año.
El tiempo Ordinario se desarrolla en dos etapas: esta
primera, previa a Cuaresma, Pascua y tiempo Pascual; y otra, que comienza el
primer domingo después de Pentecostés y cubre el resto del año litúrgico.
La fiesta del Bautismo de Jesús es también la fiesta de
nuestro propio Bautismo.
Nos ponemos de pie. Recibimos al padre que, en nombre de
Cristo, presidirá nuestra eucaristía, y uniendo nuestros corazones y nuestras
voces, cantamos.
Saludo inicial
Hermanos: Hemos escuchado que la fiesta del Bautismo del
Señor es también la fiesta de nuestro Bautismo.
(Por eso vamos a recordarlo sustituyendo el Acto
penitencial acostumbrado por el
rito de Aspersión).
El Dios del amor y de la paz,
que por el Bautismo
nos hizo hijos en su Hijo Jesús,
esté
con todos ustedes.
Acto penitencial
A. Si se realiza el rito de la bendición y aspersión:
aspersión:
El celebrante bendecirá el agua con que seremos
rociados en memoria de nuestro Bautismo.
Este rito reemplaza al habitual acto
penitencial.
B. Forma habitual:
Somos hijos adoptivos de Dios, renacidos del
agua y del Espíritu Santo. Por eso abramos nuestro corazón a su misericordia.
– Tú, elegido de Dios para ser luz de las naciones.
Señor, ten piedad.
– Tú, ungido por el Espíritu, pasaste haciendo el bien.
Cristo,
ten piedad.
– Tú, hijo amado del Padre, quitas el pecado del mundo.
Señor, ten piedad.
Gloria
Glorifiquemos a Dios porque, por su
gran benevolencia, nos incorporó a Cristo mediante el Bautismo. Gloria...
Liturgia de la
Palabra
Primera lectura (Is 42, 1-4. 6-7): El Siervo de Dios, ungido por el
Espíritu
Santo, es
figura de Jesucristo.
Así dice el Señor:
--Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.
Palabra de Dios.
Salmo (Sal
28, 1-4. 9-10): Como Dios anuncia que enviará a su elegido, el salmo aclama la
gloria del nombre del Señor. Participamos de esta oración aclamando:
R.- EL SEÑOR BENDICE A SU PUEBLO CON LA PAZ
Segunda lectura (Hech 10, 34-38): San Pedro proclama que Jesús de Nazaret
fue ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo.
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
-- Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y práctica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
Palabra de Dios
Evangelio (Mt 3, 13-17): Durante el Bautismo de Jesús, desciende
sobre él el Espíritu Santo y Dios lo proclama “Hijo muy querido”.
En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirle diciéndole:
-- Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y acudes a mi?
Jesús le contestó:
-- Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.
Entonces Juan se lo permitió.
Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:
-- Este es mi hijo, el amado, mi predilecto.
Palabra del Señor.
Credo
Proclamemos, con entusiasmo, nuestra
fe en Jesús, Hijo muy querido del Padre, nacido para nuestra salvación. (Aquí
se aconseja renovar las promesas bautismales). Creo...
Oración de los fieles
Por el Bautismo somos un “pueblo sacerdotal”,
llamado a rezar por las necesidades de la Iglesia y del mundo entero.
A cada intención, pedimos: Ayúdanos, Señor, a vivir nuestro bautismo.
Para que todos los bautizados en Cristo,
amados de Dios y ungidos por el Espíritu Santo, pasemos por el mundo haciendo
el bien. Oremos.
Para que los hombres enfrentados por razones
étnicas, políticas o religiosas, comprendan que Dios no hace diferencias entre
sus hijos. Oremos.
Para que los bautizados alejados de la Iglesia sientan que el
Padre Dios los convoca con amor. Oremos.
Para que nuestra comunidad acompañe, con su
testimonio, la fe de los nuevos bautizados. Oremos.
(Añadir y/o sustituir intenciones).
Ayúdanos, Señor, a vivir el Bautismo para que, escuchando
con fe a tu Hijo único, nos llamemos y seamos en verdad hijos tuyos. Te lo
pedimos...
Presentación de las
ofrendas
Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvación, es
nuestra gran ofrenda al Padre. Unidos a él, presentemos al Señor la firme
decisión de vivir con alegría nuestras promesas bautismales.
Prefacio (Propio)
Jesús es el Hijo predilecto del Padre y nuestro salvador.
Unidos entre nosotros y al celebrante, elevemos nuestra gran acción de gracias
al Padre que nos reveló a su Hijo amado y a todos nos hizo hijos.
Padrenuestro
La liturgia de todo el tiempo de
Navidad ha insistido en nuestra condición de hijos de Dios. Convencidos de que
realmente lo somos, digamos con fervor. Padre nuestro...
Cordero de Dios
El
que escucha al Señor y se alimenta de él vivirá eternamente. Este es el Cordero
de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la Cena del Señor.
Comunión
Hermanos: Marchemos alegres, como
peregrinos de esperanza, a alimentar con la eucaristía nuestra vida de testigos
de Cristo.
Avisos parroquiales
(Después de la Oración poscomunión).
Rito de conclusión
La misa ha terminado. Nuestra misión comienza.
Hermanos: Jesús, Hijo primogénito de Dios, nos hizo parte
suya por el Bautismo.
Vivamos con alegría este don y, como él, pasemos por el
mundo haciendo el bien.
Que el Señor esté con ustedes.
Que tu bendición, Señor,
infunda nuevo vigor en tus hijos
y prepare sus corazones
para vivir con alegría su Bautismo.
Y
que la bendición...
Canto Final
Queridos amigos: Somos bautizados. Formamos
parte de la gran familia de Dios. Con esta alegría, nos retiramos
cantando.
Que también, en mí Señor,
se inaugure como en Ti
un nuevo tiempo de misión y de trabajo.
Que la presencia de Dios, del Espíritu
y de toda tu persona,
se haga presente en mí, de tal manera
que, viviendo con alegría mi ser cristiano,
sea semilla de aquella gran sementera que es tu Evangelio
Que también, yo Señor,
renazca a una vida nueva.
Que no me sienta seguro de mí mismo
Que no crea que, con ser bueno, ya es bastante.
Que me fíe de tu Palabra, y con tu Palabra,
me sienta querido por Dios y empujado
a proclamar su existencia en medio del mundo.
Tú, Señor, nos das una forma de entender la vida
Tú, Señor, nos das el secreto de la felicidad
Tú, Señor, con tu Bautismo
cargas con todas nuestras flaquezas y miserias.
Dios, sobre tus hombros, pone el futuro de nuestra humanidad:
¡Redímela con tu testimonio y sacrificio!
¡Rescátala de las incertidumbres que la asolan!
¡Recupérala de aquellos falsos dioses ante los que se postra!
Tú, Jesús, que eres preferido, amado, tocado por el Espíritu
haz que, también nosotros,
sintamos el calor de la gloria del Padre
que no es otra que la comunión del Hijo con el Espíritu Santo.
Amén.
FELIZ DOMINGO EN EL SEÑOR
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