Introducción a
la celebración
Hermanos y
hermanas: Todo cristiano está llamado a reflejar en el mundo la bondad de Dios,
los valores del evangelio. Pero algunos hermanos son invitados por el Señor a
realizar una especial consagración de su vida al servicio de los hombres.
En este 5º domingo Durante el Año, se presenta, en las tres
lecturas, ese especial llamado de Dios. Veremos la vocación del profeta Isaías,
la vocación de san Pablo y el llamado a los primeros discípulos. A quiénes nos
está llamando Dios a esta especial consagración?
Nos
ponemos de pie. Recibimos al padre que, en nombre de Cristo, presidirá nuestra
eucaristía y cantamos.
Saludo inicial
No temas, de
ahora en adelante, serás pescador de hombres, le dice Jesús a
Pedro y a sus compañeros.
Hermanos: La
humanidad naufraga en un mar de desorientación. Todo cristiano tiene el
compromiso de echar las redes para auxiliar a los hermanos. El Señor sigue
convocando a muchos de nosotros a una especial consagración al servicio de los
hombres. Ojalá resuene en el corazón de muchos ese divino llamado.
El amor predilecto de Jesús,
que sigue llamándonos
a pesar de nuestros temores
y debilidades,
esté con todos ustedes.
Acto penitencial
El amor del Señor es eterno, no abandona la obra de sus
manos. Pidámosle confiadamente perdón.
– Tú nos llamas a dar testimonio de ti.
Señor, ten piedad.
– Tú nos
llamas para que te sigamos más de cerca.
Cristo, ten piedad.
– Tú nos
llamas para que seamos santos.
Señor, ten piedad.
Gloria
Glorifiquemos a Dios, que nos invita a
seguirlo más de cerca y nos llama a todos a la santidad. Gloria...
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Is 6, 1-2a. 3-8): El profeta Isaías nos cuenta cómo surgió
su vocación, a raíz del llamado de Dios para hacerlo profeta.
El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él. Y se gritaban uno a otro diciendo:
-- ¡Santo, santo, santo, el Señor de los Ejércitos, la tierra está llena de su gloria!
Y temblaban las jambas de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije:
--¡Ay de mi, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los Ejércitos.
Y voló hacia mi uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
"Mira; esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado."
Entonces, escuché la voz del Señor, que decía: "¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?"
Contesté: "Aquí estoy, mándame."
Palabra de Dios.
Salmo (Sal 137,
1-5. 7c-8): En respuesta
al llamado, el salmista da gracias y alaba al Señor. Participamos de esta
oración aclamando:
¡ R.- DELANTE DE LOS ÁNGELES TAÑERÉ PARA TI, SEÑOR !
Segunda lectura (1Cor 15, 1-11
o, más breve, 1Cor 15, 3-8. 11): San Pablo comenta que la gracia de Dios lo ha
elegido a pesar de haber sido perseguidor de los cristianos.
Hermanos:
Os recuerdo el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado nuestra adhesión a la fe.
Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los Apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.
Porque yo soy el menor de los Apóstoles, y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.
Palabra de Dios
Evangelio (Lc 5, 1-11): Jesús llama a Pedro y a sus compañeros para hacerlos
apóstoles.
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genezaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echad las redes para pescar."Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes."Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador."Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres."
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor
Credo
Proclamemos nuestra fe en la incansable
bondad de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creo...
Oración de los
fieles
Roguemos para que todos escuchemos el llamado que Dios, con su bondad,
le hace a cada uno de nosotros.
A
cada intención, pedimos: Aquí estoy, Señor, envíame.
Para que los sacerdotes, diáconos,
religiosos, religiosas y laicos consagrados vivan con alegría y generosidad su
especial consagración. Oremos.
Para que los llamados a gobernar y dirigir
la sociedad vivan con alegría y generosidad su especial vocación. Oremos.
Para que los que examinan la posibilidad de
consagrarse a Dios encuentren su camino. Oremos.
Para que cada uno de nosotros acepte con
gozo la particular misión que el Señor le ha confiado. Oremos.
(Añadir y/o sustituir intenciones).
Señor, tú que
cuidas a tu familia con incansable bondad, fortifica nuestra voluntad, para que
respondamos con generosidad a tu llamado. Te lo pedimos...
Presentación de las ofrendas
La bondad de
Dios puso a nuestra disposición todos los bienes de la tierra. Agradecidos,
presentemos al Señor el propósito de reavivar nuestra vocación cristiana, que
nos llama a ser testigos de Jesús.
Prefacio (PE
Va)
En la Primera lectura los serafines alcanzan con fuerza “Santo, santo, santo”.
También nosotros nos unimos al celebrante en esta acción de gracias, porque el
Padre, por Jesús, acompaña a su
Iglesia peregrina dándole la fuerza de su Espíritu.
Padrenuestro
En preparación para la comunión, elevemos
nuestra súplica al Padre que, en Jesucristo, nos llama a todos a construir su
reino. Padre nuestro...
Cordero de Dios
Yo soy el Pan
vivo bajado del cielo, dice Jesús. Él es el Cordero de Dios que quita el pecado
del mundo. Dichosos los invitados a la Cena del Señor.
Comunión
Hermanos: La Eucaristía es un signo
permanente de la entrega de Jesús, que nos amó hasta el extremo. Ella nos da
fuerza para responderle con alegre generosidad. Con alegría, vayamos a la mesa
del Señor.
Rito de
conclusión
La misa ha
terminado. Nuestra misión comienza.
No temas... fue lo
primero que dijo Jesús a Pedro, y nos lo dice también a nosotros. No temas. Con esta confianza, afrontemos la misión común a todo
cristiano: reflejar en el mundo la bondad de Dios y considerar si Dios nos
llama a una especial consagración.
Que el Señor esté con ustedes.
Cuida a tu familia, Señor,
con incansable bondad
para que, con fe y generosidad,
pueda decirte: “Aquí estoy
Señor, envíame a mí”.
Y que la
bendición de Dios...
Canto Final
Queridos amigos:
Con el gozo de sentirnos llamados por el Señor a vivir el evangelio en la
vocación propia de cada uno, nos retiramos cantando.
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