Nos hallamos en el punto central de la Cuaresma, tiempo deconversión. Pero el evangelio de hoy nos habla de conversión en unlenguaje duro. El punto de partida son unos hechos desgraciados que produjeron demasiadas víctimas. Y las palabras de Jesús resultan incluso crueles: "Si no os convertís, todos pereceréis".
La dureza de las palabras de Jesús se corresponde con la durezade la valoración que la gente hace de las víctimas. Ante la desgracia, tenemos tendencia a buscarculpables, y nuestra dureza es capaz de declarar culpablesprecisamente a las propias víctimas, considerando su desgracia como uncastigo de Dios. Pensamos a veces: "Algún mal habrán hecho … que les haya ocurrido esto". Jesús reacciona: “¿Pensáis que esos galileos fueron maltratados porque habían sido más pecadores que los demás galileos? Os digo que no: si no os convertís, todos pereceréis”. Con dureza Jesús denuncia la dureza, y exige de todos la conversión.
Convertirse.
Sigue una parábola en donde se continúa el lenguaje duro: "Córtala de una vez. ¿Para qué la tengo, si no hace más que ocuparme la tierra? "─ dice el propietario de la higuera.
Con la parábola de la higuera Jesús nos dice porqué hay qué convertirse,y así, de paso, nos explica también qué significa convertirse.
La viña es un símbolo del Pueblo Elegido, especialmente trabajado, protegido y mimado. En los viñedos siempre se plantaba una higuera, muy necesaria para que los trabajadores pudieran descansar a su sombra (las cepas tienen la sombra demasiado baja) y alimentarse con sus maravillosos frutos. Pero una higuera que no da fruto no sirve para nada, sólo estorba."Córtala de una vez"!
Pero la parábola quiere resaltar la ternura del viñador. El viñador excusa a la higuera: "No es culpa suya; tal vez no la he trabajado suficiente; quizá le falta abono …".
MONICIÓN DE ENTRADA
Hemos recorrido ya la mitad de la “subida” cuaresmal y es un buen día para meditar sobre lo hecho hasta ahora y discernir en torno a lo que nos falta. Jesús de Nazaret nos va a hablar de dos cosas muy importantes: de la necesidad de conversión y de la paciencia que Dios tiene con los pecadores. Ambas cosas constituyen como un mensaje hecho a la medida para nosotros. Moisés y la travesía del desierto es también un símbolo de la cuaresma. Caminamos por el desierto hasta el encuentro de la tierra de promisión que es el Tiempo de Pascua, la noche gloriosa en que Nuestro Señor Jesús resucita. Iniciemos, pues, nuestra Eucaristía con alegría y mucha esperanza. Es lo que necesitamos todos.
Pongámonos de pie y recibamos al celebrante que va a presidir nuestra Celebración Eucarística, cantando.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- Escucharemos hoy el famoso episodio del Libro del Éxodo sobre la zarza que no se consume. Es la manifestación de Dios. Él mismo viene a dar su nombre a Moisés: “Yo soy”. Es como si se presentase, como si nos dijese: “estoy aquí, con vosotros, actuando a vuestro lado. Soy el presente, el que está, el que libera, el que salva”. Pero esta seguridad no quiere dar pie a que nos durmamos, a que nos dejemos llevar.
En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.
El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.
Moisés se dijo:
-"Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza."
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: "Moisés, Moisés."
Respondió él: "Aquí estoy."
Dijo Dios: "No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado."
Y añadió: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob."
Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios.
El Señor le dijo: "He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel."
Moisés replicó a Dios: "Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros."
Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?"
Dios dijo a Moisés: ""Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: "'Yo-soy' me envía a vosotros"."
Dios añadió: "Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Éste es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación"."
Palabra de Dios.
S.- El Salmo 102 es atribuido a David y tenía un uso penitencial como el “Miserere” (Salmo 50) Pero además un bellísimo canto a la misericordia de Dios hacia sus criaturas. Es, sin duda, uno de los más bellos del Salterio. "El Señor es compasivo y misericordioso."
2.- En la segunda lectura Pablo de Tarso en su Carta primera a los fieles de Corinto viene a decirnos: “el que se crea seguro ¡cuidado! no caiga”; ya que nuestra seguridad tiene que venir de apoyarnos en Él. Es un mensaje de apoyo y conversión. Son palabras muy actuales.
No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la misma roca espiritual que les seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron nuestros padres. No protestéis como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía como un ejemplo: y fue escrito para escarmiento nuestro, a quien nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.
Palabra de Dios
3.- El evangelio de Lucas de hoy es un grito a la conversión. No busques culpables a los que convertir --nos dice--, busca tu interior, mira tus obras, observa si tu religiosidad da frutos dignos; quizá con estas actitudes alguien se convierta sin que tú lo hayas advertido. Jesús de Nazaret no busca culpables, busca amigos a quienes ayudar.
En una ocasión se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús le contestó:
— ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta parábola:
—Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?” Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Veíamos el domingo pasado la Gloria de Dios en la Transfiguración y contemplamos hoy su misericordia. Presentemos al Padre nuestra vida para que la transforme y nos llene de su misericordia. Repetimos:
R.- TRANSFÓRMANOS, SEÑOR, CON TU MISERICORDIA.
1.- Te pedimos, Padre, por la Iglesia, para que en estos momentos especiales aumenten las conversiones de sus miembros y así llegue a la Pascua, renovada y resucitada.
OREMOS
2.- Te pedimos, Padre, por los cardenales llamados a elegir al nuevo Pontífice, para que la Unidad y la Caridad sean guías en sus deliberaciones y el Espíritu Santo les asista en sus decisiones.
OREMOS
3.- Te pedimos, Padre, por los gobiernos de las naciones, para que acierten en sus decisiones y lleven a sus pueblos a la paz, la justicia y la prosperidad.
OREMOS
3.- Te pedimos, Padre, por todos aquellos que se han alejado de ti, para que este tiempo de conversión les ayude a volver a la Casa del Padre.
OREMOS
4.- Te pedimos, Padre, por los enfermos de larga duración, para que tanto ellos como sus familiares y personas que los atienden descubran tomando la cruz el camino de la Resurrección.
OREMOS
5.- Te pedimos, Padre, por las familias para que la misericordia se practique más entre sus miembros construyendo así un hogar más lleno de Ti.
OREMOS
6.- Te pedimos, Padre, por nosotros, pobres pecadores que nos acercamos a Ti fuente única de Salvación, para beber de ella en el altar del Pan partido.
OREMOS
Padre, misericordioso, escucha una vez más la súplica que tu pueblo humildemente eleva a tu presencia por mediación de Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor.
Amén.
OFRENDAS:
1. LLAMA: Con esta llama te pedimos que seamos luz de Cristo en nuestros ambientes.
2. RAMA SECA: Con esta rama seca te presentamos la sequedad de nuestro corazón pidiéndote que en este tiempo de Cuaresma nos ayudes a ser testigos auténticos de tu amor.
3. PAN Y VINO: Con este pan y vino te presentamos la vida de todos los que celebramos esta Eucaristía, nuestras alegrías y tristezas, nuestros gozos y esperanzas.
PADRE NUESTRO:
Con el Padre nuestro queremos Padre de Jesús, querido Padre Dios, ponernos en tus manos y decirte que hagas de cada uno de nosotros lo que quieras
Despedida
Recemos mucho por la Iglesia en estos días. Aquí en el templo y en nuestras casas. Necesitamos que el Espíritu Santo siga guiándola en su camino de paz, amor y solidaridad…
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