“Alimentas a tu pueblo con comida de ángeles y le has dado pan del cielo”
Liturgia de las Horas: 4ta. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Introducción a la
celebración
Hermanos: Comer
y beber es algo natural al hombre y, muchas veces, ocasión para el encuentro
fraterno y amistoso.
Jesús, en estos domingos, viene hablando de sí mismo como
“el Pan que da la Vida” y hoy, 20º domingo Durante el Año, insistirá en la
necesidad de comer y beber su cuerpo y su sangre para permanecer en él y
alcanzar la Vida eterna.
Los cristianos sabemos que esa comida espiritual que nos
une con Jesús y entre nosotros es la eucaristía.
Nos ponemos de pie. Recibimos al padre que presidirá
nuestra eucaristía y, con alegría y como hermanos, iniciamos nuestra
celebración cantando.
Saludo inicial
El que come mi
carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna y yo lo resucitaré en el último día, nos dirá Jesús.
Hermanos: Hoy es un día crucial para nuestra vida
cristiana: Jesús quiere convencernos, con mucha insistencia, de que lo
necesitamos, de que necesitamos comer su cuerpo y su sangre para gozar de la
verdadera Vida.
Este mismo Jesús,
que entregó su
cuerpo y
sangre en la cruz
y permanece real en
la eucaristía,
esté con todos
ustedes.
Acto penitencial
Cuiden mucho su
conducta y no procedan como necios, nos dirá san Pablo. A todos nos toca esta exhortación.
Pidamos perdón.
– Jesús, Sabiduría de Dios.
Cuando no recurrimos a ti.
Señor, ten piedad.
– Jesús, Pan vivo bajado del
cielo. Cuando nuestra conducta no es sensata.
Cristo, ten piedad.
– Jesús, Pan de Vida. Cuando
no nos alimentamos de ti.
Señor, ten piedad.
Gloria
Con alegría, con confianza y con gratitud,
alabemos y supliquemos al Dios Trino: Gloria...
Liturgia de la
Palabra
Primera
lectura (Prov 9, 1-6): La Sabiduría
que personifica a Dios nos invita a comer y a beber su Palabra para tener
inteligencia de la vida.
La sabiduría se ha construido su casa plantando siete columnas; ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto la mesa; ha despachado sus criados para que lo anuncien en los puntos que dominan la ciudad: "Los inexpertos que vengan aquí, voy a hablar a los faltos de juicio: Venid a comer mi pan y a beber mi vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia”.
Palabra de Dios
Salmo (Sal 33, 2-3. 10-15): Frente a
este don de Dios, el salmo bendice y alaba al Señor. Participamos de esta
oración, aclamando: ¡Gusten y vean qué
bueno es el Señor!
Segunda lectura (Ef 5,
15-20): San Pablo nos exhorta a vivir con una sabia sensatez, aprovechando el
tiempo de esta vida.
Hermanos:
Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos, aprovechando la ocasión, porque vienen días malos. Por eso, no estéis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere. No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu. Recitad, alternando, salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor. Celebrad constantemente la Acción de Gracias a Dios Padre, por todo, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
Palabra de Dios
Evangelio (Jn 6, 51-59): Jesús explica con insistencia que él es el
Pan bajado del cielo y que necesitamos comerlo para tener la verdadera vida en
nosotros.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo." Disputaban los judíos entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" Entonces Jesús les dijo: "Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que como este pan vivirá para siempre".
Palabra del Señor.
Credo
Todo lo que conocemos de Dios lo hemos
recibido de Jesús. Manifestemos con entusiasmo nuestra fe. Creo...
Oración de los fieles
Oremos a Jesús para que su promesa de vida
eterna sea comprendida y aceptada por todos los hombres.
A cada intención, pedimos: Danos siempre de tu pan.
Para que en toda
comunidad cristiana haya sacerdotes que consagren el cuerpo y la sangre de
Jesús. Oremos.
Para que las
organizaciones públicas y privadas que luchan contra el hambre se sientan
apoyadas. Oremos.
Para que los
cristianos que no frecuentan la Santa Misa descubran el valor de la Eucaristía. Oremos.
Para que nuestra
comunidad parroquial viva la Eucaristía como expresión de unidad y caridad
fraternal. Oremos.
Imploramos humildemente tu misericordia, Señor,
para que, alimentados por ti, alcancemos la vida eterna. Te lo pedimos...
Presentación de las ofrendas
Cristo estuvo
presente en su palabra, pronto lo estará también en su eucaristía. Por eso,
junto al pan y el vino, presentemos al Señor el tiempo y los esfuerzos que
dedicamos a las obras de caridad.
Prefacio (Sma. Eucaristía III)
Jesús es el Pan vivo bajado del cielo. Por
eso, junto al celebrante, elevemos nuestro corazón en acción de gracias al
Señor, nuestro Dios, porque Jesús, en la Eucaristía, testamento de su amor, se hace comida y
bebida espiritual.
Padrenuestro
Al Padre que nos entregó a Jesús como
alimento para la vida eterna, digámosle con fe: Padre nuestro...
Cordero de Dios
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece
en mí y yo en él, dice el Señor. Él es el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la
cena del Señor.
Comunión
Hermanos: El Señor nos dijo: “El que coma
de este pan vivirá eternamente”. Vayamos a recibir a Jesús con el gozo de
permanecer junto a él.
Rito de conclusión
La Misa ha terminado. Nuestra misión
comienza.
Hermanos: ¿Habrá sido bastante
convincente Jesús? ¿Nos vamos convencidos de que el que come el pan de la
Eucaristía tendrá la verdadera Vida? Si es así, procuren venir, al menos una
vez entre semana, a la Santa Misa. El resultado será sorprendente.
Que el Señor esté con ustedes.
Llena con tu amor,
Señor,
el corazón de tus
fieles
para que tengan hambre
de Jesús, presente en la eucaristía.
Y que la bendición...
Despedida
Queridos amigos:
Con la alegría de saber que en el Señor se encuentra la misericordia en
abundancia, nos retiramos cantando.
_ “La Eucaristía es nuestro pan cotidiano. La virtud propia de este divino alimento es la fuerza de unión: nos une al Cuerpo del Salvador y hace de nosotros sus miembros para que vengamos a ser lo que recibimos... Este pan cotidiano se encuentra, además, en las lecturas que oís cada día en la Iglesia, en los himnos que se cantan y que vosotros cantáis. Todo eso es necesario en nuestra peregrinación” (San Agustín, serm 57,7,7) (2837).
“Naciendo, se da como amigo; puesto a la mesa, como alimento; muriendo, se ofrece como redención; reinando, como premio” (Himno “Verbum supernum”).
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