Introducción a la
celebración
Hermanos y hermanas: El domingo pasado
vimos a Jesús multiplicando los panes y los peces. Hoy , 18º domingo Durante el
Año, el Señor nos habla del hambre espiritual, ese anhelo de felicidad, de
perfección, de absoluto que sólo Dios puede saciar. Por eso, la liturgia nos
estimula a buscar “el alimento que permanece hasta la vida eterna”. Ese
alimento es Jesús, Pan de Vida.
Oremos juntos, cantemos juntos
y juntos alimentémonos de la Palabra de Dios y del Pan de Vida. Nos ponemos de
pie y cantamos.
Saludo inicial
Yo soy el pan de vida. El que viene a mí
jamás tendrá hambre y el que cree en mí jamás tendrá sed.
Hermanos: El mensaje de hoy es particularmente importante.
Si vamos a Jesús, si creemos en él, ¡jamás! tendremos hambre, ¡jamás! tendremos
sed.
El Dios de la misericordia
que por la acción del Espíritu Santo, nos alimenta con Jesús, Pan de Vida,
esté siempre con ustedes.
Acto penitencial
Es preciso despojarse del hombre viejo y revestirse del
hombre nuevo, nos dirá san Pablo.
Purifiquemos, por tanto, nuestro corazón pidiendo perdón.
– Porque nos transformas en un hombre nuevo.
Señor, ten piedad.
– Porque sacias nuestra sed de eternidad.
Cristo, ten
piedad.
– Porque eres el Pan de Vida.
Señor,
ten piedad.
Gloria
Congregados en el Espíritu Santo, cantemos
nuestras alabanzas y súplicas a Dios Padre y a Cristo, el Señor: Gloria…
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Éx 16, 2-4. 12-15): Dios alimenta a su pueblo en el
desierto como signo de su constante protección.
En aquellos días. Toda la comunidad de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto diciendo: “¡Ojalá hubiéramos muerto por mano del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos! Vosotros, en cambio, nos habéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda esta muchedumbre”.
El Señor dijo a Moisés: «Mira, voy a hacer llover pan del cielo para vosotros. El pueblo saldrá todos los días a recoger la ración diaria, a fin de probarle si camina según mi ley o no. «He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: a la tarde comeréis carne, y a la mañana os saciaréis de pan; así conoceréis que yo soy el Señor, vuestro Dios». Por la tarde salieron tantas codornices que cubrieron el campamento, y por la mañana había en torno a él una capa de rocío. Cuando se evaporó el rocío, apareció sobre la superficie del desierto una cosa menuda, granulada, fina, como escarcha sobre la tierra. Los israelitas, al verla, se dijeron unos a otros: “man hu'= ¿qué es esto?”, pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: “Éste es el pan que os da el Señor para comer”.
Palabra de Dios
Salmo (Sal 77, 3-4bc. 23-25. 54):
Consciente de la maravilla obrada por Dios, el salmista recuerda las glorias
del Señor. Participamos de esta oración aclamando: El Señor les dio como
alimento un trigo celestial.
Segunda lectura (Ef 4,
17. 20-24): San Pablo nos exhorta a seguir a Cristo despojándonos del hombre
viejo.
Hermanos: os digo y os pido en nombre del Señor que no viváis como viven los paganos, con sus vanos pensamientos. No es eso lo que vosotros habéis aprendido de Cristo; pues si verdaderamente habéis oído hablar de él y os han instruido en la verdad de Jesús, debéis despojaros de vuestra vida pasada, del hombre viejo, corrompido por las concupiscencias engañosas, renovaos en vuestro espíritu y en vuestra mente y revestíos del hombre nuevo, creado según Dios, en justicia y santidad verdadera.
Palabra de Dios
Evangelio (Jn 6, 24-35): A los que comieron el pan material, Jesús
los exhorta a no conformarse con ello y a buscar el alimento de la vida eterna.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban en el lugar donde el Señor había multiplicado los panes, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?". Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?". Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en Aquel que él ha enviado". Y volvieron a preguntarle: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: 'Les dio de comer el pan bajado del cielo'". Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo". Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed".
Palabra del Señor.
Credo
Profesamos nuestra fe en un Dios
todopoderoso que nos da la vida y nos llama a la vida eterna. Creo...
Oración de los fieles
Oremos,
hermanos, para que la humanidad, hambrienta de vida verdadera, la encuentre en
Jesús.
A cada intención, pedimos: Señor,
danos siempre de tu pan.
Para que los
cristianos –que son la Iglesia– atraviesen el desierto de esta vida confiados
en la ayuda de Dios. Oremos.
Para que los que
dirigen los medios de comunicación ofrezcan un alimento acorde con la dignidad
de las personas. Oremos.
Para que los que
padecen conflictos morales encuentren paz y solución. Oremos.
Para que nuestra
comunidad parroquial incremente su participación en la misa y en la comunión
frecuente. Oremos.
Te presentamos, Señor, el hambre y la sed
de una humanidad desorientada. Concédenos que, alimentados por vos, pan de
vida, nos hagamos dignos de la vida eterna.
Te lo pedimos...
Presentación de las
ofrendas
Cristo
muerto y resucitado para nuestra salvación es nuestra gran ofrenda al Padre.
Por eso, junto a él, presentemos al Padre el firme propósito de buscar los
bienes eternos, fortalecidos por Jesús, Pan de Vida.
Prefacio (P.E. V/b)
El que viene a mí, jamás
tendrá hambre, dice Jesús. Por eso, con aclamaciones y el canto, compartamos
este himno de alabanza al Padre que nos invita a mantenernos siempre firmes
en el seguimiento de su Hijo.
Padrenuestro
Preparándonos para comulgar, pidamos al
Padre que “perdone nuestras ofensas”. Digamos con confianza: Padre
nuestro...
Cordero de Dios
El que viene a mí jamás tendrá hambre; el
que cree en mí jamás tendrá sed, dice
el Señor. Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los
invitados a la cena del Señor.
Comunión
Hermanos: Jesús responde a nuestro pedido
y nos da su Pan para alimentar nuestra fe. Con alegría, nos acercamos a recibir
el Pan de Vida.
Avisos parroquiales
(Después de la Oración Poscomunión).
Rito de conclusión
Hermanos: La Misa
ha terminado. Nuestra misión comienza. Jesús nos invita a creer en él y
seguirlo para aplacar nuestras angustias y encontrar el verdadero sentido de la
vida.
Que el Señor esté con ustedes.
Derrama,
Señor, sobre tu pueblo
tu bondad inagotable
y acrecienta en nosotros
el
hambre de Jesús, Pan de Vida.
Y que
la bendición de Dios...
Despedida
Queridos amigos: Con la alegría de haber
hallado a Jesús, el pan del cielo que satisface todos los gustos, nos retiramos
cantando.
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