Liturgia de las Horas: 3ra. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Introducción a la celebración
Hermanos y hermanas: “No hay peor sordo que
el que no quiere oír”, reza un conocido refrán. Dios llama a todos sus hijos
para darles un lugar propio en la vida y en la Iglesia.
En este 15º
domingo Durante el Año, todas las lecturas hablan del llamado que Dios hace a
los bautizados en Cristo para enviarlos como mensajeros a su pueblo.
Oremos juntos, cantemos juntos y
juntos alimentémonos de la Palabra de Dios y del Pan de Vida. Nos ponemos de
pie y cantamos.
Saludo inicial
Jesús llamó
a los Doce y los envió de dos en dos..., nos dirá el evangelio.
Hermanos: Somos privilegiados.
Dios nos eligió antes de la creación del mundo, nos llama y nos envía a hacerlo
presente entre los hombres.
La gracia, la fuerza y la paz
de Dios Padre,
que nos bendice en Cristo
con toda clase de bendiciones,
esté con todos ustedes.
Acto penitencial
Muéstranos, Señor, tu misericordia y
danos tu salvación, rezaremos en el salmo. Por eso, ahora pidamos
humildemente perdón.
– Tú que llamas aún a los más humildes.
Señor,
ten piedad.
– Tú que nos elegiste como hermano y amigo.
Cristo, ten
piedad.
– Tú que nos envías a evangelizar el mundo.
Señor, ten
piedad.
Gloria
Al Padre que, en Cristo y por el Espíritu
Santo, nos ha colmado de bendiciones, glorifiquémoslo, diciendo:
Gloria...
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Am 7,
12-15): Dios elige a quien quiere para hacerlo su embajador, aún a los
sencillos y rústicos.
En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: "Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país." Respondió Amós: "No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.
Salmo (Sal 84, 9ab. 10-14): Como una
resonancia de la misión que Dios encarga a los que envía, el salmo transmite la
gran promesa de Dios: la paz, la salvación, la gloria. Participamos de esta
oración, aclamando: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor: / "Dios anuncia la paz / a su pueblo y a sus amigos." / La salvación está ya cerca de sus fieles, / y la gloria habitará en nuestra tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, / la justicia y la paz se besan; / la fidelidad brota de la tierra, / y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará lluvia, / y nuestra tierra dará su fruto. / La justicia marchará ante él, / la salvación seguirá sus pasos. R.
Segunda lectura (Ef 1,
13-14): Dios nos ha elegido en Cristo y nos ha predestinado a ser sus hijos
adoptivos.
Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
[Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.]
Evangelio (Mc 6,
7-13): Jesús llama a los doce apóstoles y los envía a evangelizar, dándoles
poder sobre los demonios y las enfermedades.
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Credo
Valoremos la esperanza a la que fuimos
llamados, proclamando nuestra fe: Creo...
Oración de los fieles
Hermanos: Elevemos nuestras plegarias al
Señor, conscientes de que hemos sido elegidos para acompañar a Jesús en su
recorrido de amor por el mundo.
A cada intención, pedimos: Ayúdanos
a responder a tu llamado.
Para que la Iglesia pueda anunciar el
Evangelio en todas partes con entera libertad. Oremos.
Para que los poderosos de este
mundo que obstaculizan la labor de la Iglesia depongan su actitud. Oremos.
Para que los marginados y oprimidos sientan
que Dios los llama a una vida más digna y humana. Oremos.
Para que cada institución parroquial y cada
uno de nosotros respondamos con seriedad al llamado misionero de Jesús. Oremos.
Infunde, Señor, en nuestros corazones el
valor necesario para aceptar tu llamado y continuar la obra evangelizadora que
tú mismo iniciaste. Te lo pedimos...
Presentación de las
ofrendas
Cristo, muerto y resucitado para nuestra
salvación, es nuestra gran ofrenda al Padre. Junto a él, presentemos al Señor
un corazón que quiere estar atento y disponible a sus llamados.
Prefacio
(P.E.
V/b)
Jesús nos elige, sin mérito nuestro, para
hacernos participar de su misión. Por eso, junto al celebrante, elevemos el
corazón en alabanza a Dios, que nos invita a escuchar su palabra y
mantenernos firmes en el seguimiento de Jesús.
Padrenuestro
Preparándonos para comulgar, al Padre que
nos predestinó a ser sus hijos adoptivos, digámosle con gran confianza: Padre
nuestro...
Cordero de Dios
Éste es el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo: Jesús, que nos llama y nos envía en medio de su pueblo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Comunión
Hermanos: La comunión es la culminación de
nuestra acción de gracias a Dios. Con alegría, comulguemos con el Cuerpo y la
Sangre de Jesús.
Avisos parroquiales
(Después de la Oración
poscomunión).
Rito de conclusión
La misa ha terminado. Nuestra misión
comienza.
Hermanos: La misión es precisa, importante
y gozosa: hacer presente a Jesucristo en medio de su pueblo, evangelizando con
la Palabra y el testimonio de vida.
El Señor esté con ustedes.
Ilumina, Señor, a tus hijos
y hazles sentir la grandeza
de la vocación a la que
fueron llamados.
Y que la bendición de Dios...
Canto final
Queridos amigos: Con la alegría de
sentirnos elegidos, llamados y enviados por Jesús, nos retiramos cantando.
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