JESÚS HA RESUCITADO Y ESTÁ EN MEDIO DE NOSOTROS, ALELUYA ALELUYA !!
Domingo 3º de Pascua
Introducción a la celebración
Hermanos y hermanas: Durante todo el tiempo pascual, la liturgia gira alrededor del centro de nuestra fe: Jesús resucitado que está en medio de nosotros. El cristiano se pregunta ¿cómo descubrir a Jesús? Nos pasa como a los discípulos: “estaban atónitos... se resistían a creer”.
En este 3º domingo de Pascua, Jesús vuelve a manifestarse a sus discípulos para reavivar su fe: les fue abriendo la inteligencia y los constituyó testigos de la resurrección.
Oremos, cantemos y juntos alimentémonos de la Palabra de Dios y del Pan de Vida. Nos ponemos de pie y cantamos.
Saludo inicial
¡Sigue la fiesta! Sabemos que esta fiesta dura cincuenta días, hasta Pentecostés.
Jesús se aparece nuevamente a sus discípulos para consolidar su fe, pero también para avivar su alegría y hacerlos testigos.
Que la alegría y la paz
que nos trae Jesús resucitado
fortalezca su fe
y permanezca siempre con ustedes.
Acto penitencial
(Si se realiza el rito de la aspersión, ver Domingo de Pascua. De lo contrario, después de la invitación del celebrante y un momento de silencio, se procede en la forma habitual).
Hagan penitencia y conviértanse, nos dirá san Pedro. Con humildad, pidamos perdón.
– Tú que siendo justo moriste para llevar los injustos a Dios.
Señor, ten piedad.
– Tú que traes la alegría y la paz a los que te siguen.
Cristo, ten piedad.
– Tú que nos llamas a ser testigos de tu resurrección.
Señor, ten piedad.
Gloria
Con gozo por la resurrección de Jesús, alabemos a la Santísima Trinidad. Gloria...
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Hech 3, 13-15. 17-19): En su primer discurso, san Pedro anuncia el centro de nuestra fe: Jesús ha muerto y resucitado.
En aquellos días, Pedro dijo a la gente: "El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados."
Palabra de Dios
Salmo (Sal 4, 2. 4. 7-9): En respuesta a la proclama de Pedro, el salmo expresa seguridad y confianza en Dios. Participamos de esta oración, aclamando: Muéstranos, Señor, la luz de tu rostro.
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío; / tú que en el aprieto me diste anchura, / ten piedad de mí y escucha mi oración. R.
Hay muchos que dicen: "¿Quién nos hará ver la dicha, / si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?" R.
En paz me acuesto y en seguida me duermo, / porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo. R.
Segunda lectura (1Jn 2, 1-5a): San Juan nos reconforta mostrando a Jesús como nuestro gran defensor.
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: "Yo lo conozco", y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.
Palabra de Dios
Evangelio (Lc 24, 35-48): Jesús se presenta a sus discípulos para traer la paz, abrirles la inteligencia y hacerlos testigos de la resurrección.
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo." Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."
Palabra del Señor
Credo
Jesús resucitó y está sentado a la derecha del Padre. Proclamemos con fervor: Creo...
Oración de los fieles
Jesús nos constituye testigos de su resurrección. Como tales, elevemos nuestra oración comunitaria por las necesidades de todos los hombres.
A cada intención pedimos: Aviva nuestra fe para que seamos testigos.
Para que la Iglesia, en todo el mundo, anuncie con renovado vigor a Jesús resucitado. Oremos.
Para que los gobernantes encuentren caminos de desarrollo y paz para los pueblos. Oremos.
Para que los que viven sin fe encuentren a Jesús en nuestro testimonio alegre y caritativo. Oremos.
Para que nuestra comunidad evangelice al barrio y sea testigo del gozo y la esperanza cristiana. Oremos.
¡Señor, Jesús! Haz que arda nuestro corazón para comprender mejor tus enseñanzas y ser siempre testigos de tu resurrección. Te lo pedimos...
Presentación de las ofrendas
Después de alimentarnos con la Palabra de Dios, preparamos la mesa de la eucaristía. Junto al pan y al vino, presentemos al Señor nuestras dudas y temores, con el deseo de ser alegres testigos de su resurrección.
Prefacio (P.E. V/b)
Jesús ha resucitado y nos llama a ser sus testigos. Por eso, junto al celebrante, demos gracias al Señor, nuestro Dios, porque Jesús siempre está con nosotros en el camino de la vida.
Hemos concluido la Plegaria eucarística. Preparemos nuestro corazón para recibir su fruto, rezando como Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
El Mesías debía sufrir y resucitar al tercer día. Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Hermanos: La eucaristía nos une a Jesús glorificado y nos da valor para manifestarlo al mundo. Con alegría vayamos a recibir el Pan de Vida.
Avisos parroquiales
(Después de la Oración postcomunión).
Rito de conclusión
La Misa ha terminado. Nuestra misión comienza.
Hermanos: Ustedes son testigos de todo esto, nos dijo Jesús. Vayamos a la vida diaria a comunicar al mundo, con alegría y paz, que Jesús ha traído una vida nueva.
El Señor esté con ustedes.
A tu pueblo rejuvenecido por la gracia,
concédele, Señor,
una permanente alegría
para que, así, sea testigo
de tu resurrección.
Y que la bendición de Dios...
Queridos hermanos: Con la alegría de ser llamados a una vida nueva y ser testigos de ella, nos despedimos cantando
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