Hoy brilla una luz sobre nosotros porque nos ha nacido el Señor. Hoy, en la ciudad de David, nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el príncipe de la paz, el Dios hecho hombre. Hermanos, que su amor y su gracia estén con todos vosotros.
ANUNCIO DE LA NAVIDAD. MONICIÓN DE ENTRADA.
En Medio de noticias alarmantes que nos regalan con abundancia los medios de comunicación en forma de secuestros, guerras, asesinatos, la Navidad nos anuncia, como un rayo de esperanza, la extraordinaria irrupción de Dios en el mundo: "No temáis, os traigo una gran alegría para todos; En Belén os ha nacido el Salvador".
Celebramos un acontecimiento importante en la historia y para todos los hombres. En el año 2015 del nacimiento de Abrahán, en la Olimpiada 194, en el año 752 de la fundación de Roma, Jesucristo, eterno Dios e Hijo del Eterno Padre, queriendo consagrar el mundo con su misericordiosa venida, nace en Belén de Judá, de María Virgen, hecho hombre. Así nos cuenta el martirologio romano el nacimiento de Jesús, el Salvador.
Esta fascinante historia que conjuga el recuerdo y la presencia de algo que sucedió en Belén y sigue aconteciendo en el corazón del hombre, parece una melodía musical cuyas notas son excesivamente conocidas, pero nunca demasiado oídas, pues las cuerdas del espíritu humano se hallan cubiertas de mensajes materialistas e intereses egoístas.
Aquí estamos reunidos, rebosando alegría y felicidad. En esta misa recordaremos y celebraremos el nacimiento de Jesús y su presencia entre nosotros.
ACTO PENITENCIAL:
S.-Haznos, Señor, comprensivos y compasivos; cambia la dureza de nuestro corazón. Señor, ten piedad.
S.-Haznos, Señor, solidarios y generosos; transforma la mezquindad de nuestro corazón. Cristo, ten piedad.
S.-Haznos, Señor, acogedores y pacificadores, apaga las violencias de nuestro corazón. Señor, ten piedad.
MONICIÓN AL GLORIA.
El himno que vamos a cantar comienza con el cántico de los ángeles en la noche de la Navidad del Señor. Hacemos nuestros los sentimientos de adoración y alabanza. Unámonos ahora a la alegría de los ángeles que aquella noche de Belén anunciaron a los pastores y al mundo entero el nacimiento del Hijo de Dios, en aquel niño que hoy contemplamos en los brazos de María está toda la grandeza de Dios, está la vida y la paz que los anhelamos.
(se enciende el misterio y se canta el gloria...se hacen sonar las campanas... se enciende las velas del altar y el niño viene desde detrás acompañado por niños)
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA : (Is 9, 2-7)
El nacimiento de Jesús es causa de alegría para el mundo. Con él ha llegado a nosotros su luz, la alegría, la justicia y la paz. Escuchemos a Isaías.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande, habitaban tierras de sombra, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repetirse el botín. Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada en sangre, serán combustible, pasto del fuego. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madían. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre Perpetuo, Príncipe de la Paz. Para dilatar el principado con una paz sin limites, sobre el Trono de David y sobre su Reino. Para sostenerlo y consolarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará.
Palabra de Dios
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (Tit 2,11-14)
El nacimiento de Jesús nos invita a ser mejores, a llevar una vida cristiana llena de amor y de buenas obras. Escuchemos a San Pablo.
Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres; enseñándonos a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro: Jesucristo. El se entregó por nosotros para rescatarnos de toda impiedad, y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.
Palabra de Dios
La gran noticia, que es la gran alegría para todo el mundo, es ésta: Ha nacido el Salvador. Los ángeles, los pastores, la noche, las estrellas,... todo proclama el gozo de la venida del Salvador. No es el "Dios guerrero", sino el príncipe de la paz. En la tierra ha nacido Dios, ha nacido la Paz... Escucha con sentimiento y piedad cristiana el relato evangélico.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 2, 1- 14
En aquel tiempo salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo:
--No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
--Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama.
Palabra del Señor
ORACION DE LOS FIELES:
1) Para que, por esta Navidad, los pueblos se humanicen y se pacifiquen. ROGUEMOS AL SEÑOR
2) Para que, por esta Navidad, los pobres sean más respetados y evangelizados. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3) Para que, por esta Navidad, los inmigrantes y extranjeros, los desplazados y los sin techo, sean mejor acogidos e integrados. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4) Para que, por esta Navidad, los desempleados encuentren el camino y los medios de la propia realización. ROGUEMOS AL SEÑOR.
5) Para que, por esta Navidad, los enfermos, deficientes, ancianos y cuantos viven en soledad encuentren la cercanía que necesitan. . ROGUEMOS AL SEÑOR.
6) Para que, por esta Navidad, todos nos hagamos más niños y más pobre. ROGUEMOS AL SEÑOR.
7) Para que, cuantos celebramos con gozo la Navidad, descubramos en nuevo nacimiento de Jesús y recordemos a los pobres y encarcelados. ROGUEMOS AL SEÑOR.
8) Para que sean consolados y confortados los que están fuera de su familia: transeúntes, refugiados y cuantos viven solos. ROGUEMOS AL SEÑOR.
VINO: Señor, este vino significa la alegría de vivir en amistad. Tómalo y transfórmalo en el vino de tu eucaristía.
CADENAS ROTAS: Señor, estas cadenas rotas simbolizan tu liberación. Que tu poder rompa todas las esclavitudes y todas nuestras injusticias.
BIBLIA: Señor, esta Biblia es la Palabra de Dios. Que ella nos alimente siempre.
VELAS: Señor, estas velas van a iluminar tu altar. Que ellas sean expresión de nuestra vida como luz del evangelio a través de nuestro testimonio.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz intensa. Habitaban tierras de sombras y una luz les brilló. Decía una voz: Grita. Di a las ciudades de Judá: "Aquí está vuestro Dios", el Dios de la paz, el Dios de la alianza, el Dios de Jesucristo"
Decía que el Dios vivo es el Dios de nuestros padres, el Dios de la vida, ante quién sólo era necesario descalzar el alma. Con el PADRE NUESTRO queremos decirte algo más que unas bonitas palabras.
La paz que es perdón que nos libera de la rabias, de la ira, del rencor, de la envidia y de la sangre. La paz que es libertad y una vida siempre abierta, en la casa y en el trabajo, en la escuela y en la calle. La paz que es el alimento de la convivencia, y que se comparte en la mesa con júbilo y con hambre.
La paz es necesaria y posible, pero se conquista con esfuerzo. No seremos portadores de paz si nuestro corazón no está pacificado. Te decimos todos: QUEREMOS LA PAZ, SEÑOR.
INICIO.
Queridos todos, hermanos y hermanas en Cristo, ¡Feliz Navidad!: “El Niño que nos ha nacido y el Hijo que se nos ha dado es la expresión del amor de Dios”.
Navidad significa que Dios se ha enamorado de los hombres y es una invitación a entrar en el Misterio religioso desde la categoría del amor, porque Dios es “amor”.
DESARROLLO:
El hombre es el “animal con capacidad de amar y ser amado”, de ahí que lo verdaderamente significativo en su vida será el amor. ¡Será el amor lo que realmente nos eleva y nos hace participar de Dios!
No será el poder sino el amor; no será el tener, sino el amor; no será el vencer, sino el amor, lo que nos hará cada vez más personas y nos adentrará en una cultura cada vez más integradora y sin exclusiones, cada vez más justa y sin discriminaciones, cada vez más libre y sin desigualdades.
Desde siempre la humanidad, envuelta en sus sombras, ha buscado la luz. La cultura de los pueblos antiguos es testigo tanto de la sombra sufrida como de la luz deseada. Y entre ellos es especialmente significativa la historia de Israel, una historia de sombra y de luz.
También nosotros, hoy, envueltos en sombras y en oscuridades, se nos invita a buscar la luz.
¡Cuántas oscuridades existen en nuestro mundo que necesitan ser iluminadas!
¡Cuántas sombras y huecos existen en cada uno de nosotros que necesitan ser clareadas por la luz del Niño que nace en Belén!
El profeta Isaías presenta el nacimiento de un niño y nos narra la entronización del infante como rey y las consecuencias de su reinado para el pueblo.
El pueblo que vive en las tinieblas de la ocupación extranjera, en medio del caos y de la muerte, ve nacer una luz en medio de él. La luz trae consigo la alegría del nuevo futuro, una alegría sencilla y elemental.
La luz y la alegría surgen por tres motivos: la opresión, las cargas injustas han sido quebrantadas por Dios mismo; la guerra y las consecuencias de ésta han desaparecido de la tierra, devoradas por el fuego; y el nacimiento de un niño dado por Dios al pueblo. En él se hace realidad y se actualiza la promesa hecha a David. Él es el consejero que gobernará al pueblo de forma admirable; es el guerrero que defiende valientemente a su pueblo; el padre que acoge y cuida a su pueblo como a un hijo; el príncipe que con su gobierno instaura la paz para el mundo.
Este oráculo de Isaías adquiere su plenitud en Cristo en quien los Santos Padres lo veían cumplido: “Él es admirable en su nacimiento, consejero en la predicación, Dios en el perdón, fuerte en la pasión. Padre en la era futura, Príncipe de la paz en la felicidad eterna” (San Bernardo).
Lo que fue anuncio y expectación se hizo realidad en Belén. Lo que sucedió fue un acontecimiento.
Como dice el famoso villancico “hoy no es noche de dormir”. Sigamos en nuestras casas esta fiesta de alegría y paz. Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad. Queda todo dicho, ¿no?
MONICIÓN DE ENTRADA
Feliz Navidad a todos. Que el Niño Dios nos conduzca, desde ahora mismo, por las sendas del amor y de la fraternidad. Aún resuenan en nuestros oídos la alegría desbordante de la celebración de la Misa del Gallo. La emoción de saber que Dios ha nacido en medio de nosotros nos deja el alma llena y el corazón dispuesto. Pero, hoy, ya lo veréis, los textos litúrgicos relatan con una hondura excepcional quien es Cristo, quien es la Palabra de Dios. Junto a la alegría inmensa de poder anunciar el Nacimiento del Salvador, está el sentimiento fuerte y reflexivo ante unas lecturas que nos lo explican todo. Jesús inicia, pues, su camino de salvación y nosotros asistimos a su nacimiento asombrados y felices. Iniciamos, pues, con la máxima alegría, con todo nuestro entusiasmo nuestra Eucaristía de Navidad.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- ¡Qué hermosos son los pies del mensajero...! nos dice el profeta Isaías en la primera lectura y nos pide que cantemos. Hoy es todo alegría: ha llegado el Señor que esperábamos. Desbordemos de alegría y de amor por todo y por todos. Nuestro día de liberación ya está aquí-
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: "¡Tu Dios es rey!" Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión.
Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.
Palabra de Dios.
S.- El Salmo 97 forma parte de una serie de adoración a Dios en los momentos en los que se esperaba su venida. También los judíos piadosos tenían fe sobre que un día el Señor les salvaría. Nosotros sabemos que Dios ha venido junto a nosotros en la debilidad de un Niño. Sabemos que el Señor está con nosotros.
R.- LOS CONFINES DE LA TIERRA HAN CONTEMPLADO LA VICTORIA DE NUESTRO DIOS.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.-
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.-
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.-
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.-
2.- El comienzo de la Carta de los Hebreos, que es nuestra segunda lectura, nos expone el nuevo plan de Dios. En la antigüedad hablaba por los profetas. Hoy, desde hoy, es el Hijo quien nos habla para nuestra salvación.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: "Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado", o: "Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo"? Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: "Adórenlo todos los ángeles de Dios."
Palabra de Dios
3.- El evangelio de San Juan nos ofrece el más notable texto de toda la Escritura Sagrada. Es la descripción mas completa de Nuestro Señor Jesús hecho carne y acampado entre nosotros para mejor conocer al Padre.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 1-18
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
-- Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Palabra del Señor
MONICIÓN DE LA COMUNION
No abandonemos el ánimo alegre y el corazón dispuesto al gozo. Escuchemos casi en los últimos momentos de nuestra Eucaristía esta breve y preciosa oración:
HAS BAJADO, SEÑOR
Has cumplido lo prometido desde antiguo
Redoblan las campanas por tu nacimiento
Se emocionan los creyentes ante tu pesebre
Canta el músicolo mejor de sus villancicos
Endulza la mesa la madre
Se dan la mano los adversarios
Cesan los cañones de guerra
y estalla un grito unánime:
¡FELIZ NAVIDAD!
MONICION de Despedida
Nuestra felicidad es total, aunque hay algo de melancolía por aquellos seres queridos que nos acompañaron tantas Navidades y que hoy no están con nosotros. Pero no es tristeza porque –lo sabemos—ellos contemplan ya la grandeza del Niño Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario