El Domingo de los Talentos
La parábola de los Talentos, que nos narra Mateo, es impresionante. Al Señor no le gusta el conservadurismo, ni la gente reservona, quiere que todos ganemos mucho más de lo que se nos ha dado para que podamos ayudar a los hermanos. Este relato tiene mucho de final y de finalista. Estamos llegando al Adviento, solo nos falta un domingo para ello: el próximo. Cambiaremos de Año Litúrgico, del Ciclo A al B… Nos abrimos a un tiempo nuevo y de conversión enmarcado en la próxima llegada de nuestro Dios, como Niño a Belén…
ENTRADA
Bienvenidos todos a la celebración de la Eucaristía.
Termina el año litúrgico y es tiempo de rendir cuentas.
¿Estamos preparados para abrir el libro de nuestra vida ante Dios?
Hoy, vamos a escribir una nueva página que comienza con nuestra alabanza y presencia en la casa del Señor.
Celebremos con gozo el día del Señor y sintamos la mirada y el juicio amoroso de Dios sobre nuestras vidas.
Entonemos el canto de entrada.
PRIMERA LECTURA DEL LIBRO DE LOS PROVERBIOS 31, 10-13. 19-20. 30-31
No nos dejemos engañar por las apariencias, nos dice la Palabra de Dios.
La verdadera esposa del hombre es la sabiduría que nos acerca a Dios y nos abre con sinceridad a los hermanos. Son muchos los beneficios y las gracias que podemos disfrutar si confiamos en Dios.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL SALMO 127
R.- DICHOSO EL QUE TEME AL SEÑOR.
SEGUNDA LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS TESALONICENSES 5, 1-6
Pablo recuerda a todos los cristianos que la venida final de Jesús es impredecible.
El Señor viene. Vivimos en la espera. Una espera llena de paz, confianza y luz. El cristiano no tiene miedo al Día del Señor porque vive en el amor de Dios y de los hermanos.
Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios.
Hermanos:
En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba. Sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "paz y seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.
Palabra de Dios.
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 14-15.19-21
Vamos a proclamar la parábola de los talentos, del trabajo, del servicio, de la creación.
Todos hemos recibido algún don pero no todos lo hemos puesto al servicio de los otros.
Todos hemos recibido el don de la vida pero no todos hemos trabajado para hacer la vida más humana, más feliz, más amable.
Escuchemos la proclamación del evangelio.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
--Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira he ganado otros dos." Su Señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eras exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al quien tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos por los pastores de la Iglesia para que pongan al servicio del pueblo de Dios las gracias y talentos que Dios les ha confiado.
Oremos por los líderes de las naciones para que socorran a los hambrientos y a los refugiados.
Oremos por los enfermos de la parroquia, por los que tienen miedo al fracaso y no actúan, por los que se sienten solos y no queridos, por los que lloran la muerte de un ser querido.
Oremos por los difuntos de la parroquia y (nombres…) para que el Señor les conceda la paz, el descanso y la vida eterna.
Reflexión:
Érase un árbol muy viejo que parecía haber sido tocado por el dedo de Dios porque siempre estaba lleno de frutos. Sus ramas, a pesar de sus muchos años, nunca se cansaban de dar frutos y era la delicia de todos los viajeros que por allí pasaban y se alimentaban de sus frutos.
Un día, un comerciante compró el terreno en que estaba el árbol y edificó una valla a su alrededor. Los viajeros le dijeron al nuevo dueño les dejara alimentarse de los frutos del árbol como siempre lo habían hecho.
"Es mi árbol, es mi fruta. Yo lo compré con mi dinero", les contestó.
A los pocos días sucedió algo sorprendente. El árbol murió. ¿Qué causó esa muerte repentina?
Cuando se deja de dar, se deja también de producir frutos y la muerte aparece inevitablemente.
El árbol empezó a morir el día en que la valla empezó a subir. La valla fue la tierra que enterró el árbol.
El cuento de Jesús, llamado de los talentos, suena a juicio, a premio y castigo, a escándalo, a regreso del dueño.
De los dos primeros empleados nos dice el evangelio que fueron "fieles en las cosas pequeñas" y el dueño les confió responsabilidades mayores y los asoció a su gozo.
Fieles en la ausencia de su señor.
"Fieles en las cosas pequeñas."
¿Cuáles son esas cosas pequeñas? Sus posesiones, su hacienda, su dinero, las cosas materiales. Fueron fieles, arriesgados y multiplicaron el capital del dueño y fueron felicitados y recompensados.
¿Somos así nosotros?
¿Nos puede felicitar el señor por ser fieles en las cosas pequeñas?
Ustedes saben que la sociedad premia sólo a los mejores, a los triunfadores:
Premia con el Nobel, con el título de MVP, con el guante de oro, con medallas, el rookie del año, el empresario del año...
Todos nosotros hemos nacidos para ser el MVP. Tenemos que dar según nuestras habilidades, según lo que hemos recibido. No se trata de mucho o poco, no es la cantidad, sino según nuestra habilidad.
Todos hemos nacido para ser el MVP, si no de las grandes ligas, sí de las menores. Y la vida ,hermanos, es un gran don, es una gran liga.
Nadie nos pide que seamos héroes ni el soriano de la semana. Se nos pide sólo que seamos fieles en las cosas pequeñas.
Dios nos ha dejado la tierra, su hacienda, para que la recreemos, la hagamos más habitable, más humana, para que cuando él venga la encuentre más rica, más en orden, más en paz.
El que corre un gran riesgo es Dios que se fía de nosotros y nos confía el mundo.
Dios nos pedirá cuentas de lo que hemos hecho con los talentos que nos ha dado.
Y premiará a los que los han usado bien.
Atreverse y Actuar.
En el cuento de Jesús hay un tercer empleado: el que cavó un hoyo y escondió el talento.
¿Se han fijado en la lluvia de críticas que recibe?
El mayor reproche de todo el evangelio es para él.
Dios nos da a cada uno nuestro talento, nuestra vida, como don, como regalo, no para recuperarlo cuando El venga sino para entregarlo y ponerlo al servicio de los hermanos. Nosotros somos los de un solo talento.
"El que pierda su vida la ganará; el que ahorra su vida la perderá".
No enterrar.
Sí atreverse. Sí actuar. Sí celebrar.
¿Cuándo vendrá el Señor a pedirnos cuentas?
Siempre tengo que estar preparado para dar cuenta de mi administración.
La obra que Dios quiere que hagamos depende de nuestro único talento.
A la iglesia venimos a enterrar las palas, no el talento de Dios.
Tiren las palas y dejen que crezca y sea útil su pequeño talento.
No nos contentemos con ser buenos. Hay mucha gente buena por ahí, a nosotros se nos pide ser más buenos, ser mejores, ser santos.
FELIZ DOMINGO EN LA PAZ DEL SEÑOR !!
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