Liturgia de las Horas: 3ra. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Introducción a la celebración
Hermanos y
hermanas: Una de las experiencias más amargas es la experiencia del pecado. Una
de las experiencias más bellas es la experiencia del perdón. Hoy por la
liturgia se quiere hacernos revivir la alegre experiencia del perdón.
Vuelve el color verde a la liturgia. Hoy iniciamos la
segunda etapa del tiempo litúrgico llamado “Durante el Año”. En este 11domingo se nos muestra el amor gratuito y misericordioso de Dios, siempre
dispuesto a perdonar a quien busca ser perdonado.
Nos ponemos de pie. Recibimos al padre que, en nombre de
Cristo, presidirá nuestra Eucaristía, y cantamos.
Saludo inicial
Tus pecados te son
perdonados, dirá una vez más Jesús.
Hermanos:
retomamos el tiempo Durante el Año con un mensaje maravilloso: “Dios perdona a
quien busca ser perdonado”.
El Dios de la misericordia,
que, con la fuerza del Espíritu Santo,
envió a Jesús no a condenar,
sino a salvar al mundo,
esté con todos
ustedes.
Acto penitencial
Dios siempre está pronto a perdonar a quien
vuelve a Él arrepentido. Abramos nuestro corazón a su misericordia
Tú eres
misericordioso y compasivo.
Señor, ten piedad
Tú cargaste con el pecado de todos.
Cristo, ten piedad.
Tú a todos nos perdonas.
Señor, ten piedad.
Gloria
Reunidos en el Espíritu Santo, alabemos al
Padre y supliquemos al Hijo, Cordero y Mediador: Gloria...
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (2Sam 12, 7-10.
13): Dios perdona a David, que reconoce su pecado y quiere ser perdonado.
En aquellos días, Natán dijo a David: "Así dice el Señor, Dios de Israel: "Yo te ungí rey de Israel, te libré de las manos de Saúl, te entregué la casa de tu señor, puse sus mujeres en tus brazos, te entregué la casa de Israel y la de Judá, y, por si fuera poco, pienso darte otro tanto.
¿Por qué has despreciado tú la palabra del Señor, haciendo lo que a él le parece mal? Mataste a espada a Urías, el hitita, y te quedaste con su mujer. Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías.""
David respondió a Natán: "¡He pecado contra el Señor!"
Natán le dijo: "El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás."
Palabra de Dios
Salmo (Sal 31, 1-2. 5. 7. 11): Ante la acción misericordiosa de
Dios, el salmista proclama la felicidad de quien es perdonado. Participamos de
esta oración aclamando:
Perdona, Señor, mi
culpa y mi pecado.
Segunda lectura (Gál 2, 16. 19-21): El perdón es un don de Dios. ѓl lo concede a los que
creen en Jesucristo, muerto y resucitado.
Hermanos:
Sabemos que el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Cristo Jesús. Por eso, hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe de Cristo y no por cumplir la Ley. Porque el hombre no se justifica por cumplir la Ley. Parala Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. Yo no anulo la gracia de Dios. Pero, si la justificación fuera efecto de la ley, la muerte de Cristo sería inútil
Palabra de Dios
Evangelio (Lc 7, 36С8, 3):
Jesús alaba la humildad y el amor de una mujer que es muy pecadora y busca ser
perdonada.
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:
-- Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.
Jesús tomó la palabra y le dijo:
--Simón, tengo algo que decirte.
Él respondió:
--Dímelo, maestro.
Jesús le dijo: ---Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?
Simón contestó:
--Supongo que aquel a quien le perdonó más.
Jesús le dijo:
--Has juzgado rectamente.
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
--¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.
Y a ella le dijo:
--Tus pecados están perdonados.
Los demás convidados empezaron a decir entre sí:
--¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?
Pero Jesús dijo a la mujer:
--Tu fe te ha salvado, vete en paz.
Después de esto iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Palabra del Señor
Credo
Con renovada confianza, proclamemos
nuestra fe en el perdón de los pecados: Creo...
Oración de los fieles
Pidamos, hermanos, al Dios de la
misericordia, el perdón y la paz para nosotros y para el mundo entero.
A cada intención,
pedimos: Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
Por la Iglesia,
a quien el Señor confió el poder de perdonar: para que lo siga brindando con
misericordia. Oremos.
Por los que en la sociedad tienen la función de juzgar:
para que lo hagan con equilibrio y caridad. Oremos.
Por los que no buscan el perdón y por los que desesperan
por ser perdonados: para que experimenten el amor misericordioso de Dios. Oremos.
Por nuestra comunidad parroquial: para que frecuente con
fe, confianza y alegría el sacramento de la reconciliación. Oremos.
Perdona, Señor,
nuestras culpas y nuestros pecados, y ya que sin ti nada puede la debilidad
humana, concédenos siempre la ayuda de tu gracia.
Te lo pedimos...
Presentación de
las ofrendas
Cristo, muerto y
resucitado para nuestra salvación, es nuestra gran ofrenda al Padre. Unidos a
Él, ofrezcamos un corazón arrepentido y dispuesto a ser perdonado.
Prefacio (Sobre la reconciliación I)
Hermanos: Unidos al celebrante, con
inmenso gozo, alabemos al Señor, nuestro Dios de bondad y misericordia, porque ofrece siempre su perdón a los
pecadores.
Padrenuestro
Preparándonos
para comulgar, purifiquemos nuestro corazón con la oración que el Señor nos
enseñó: Padre nuestro...
Cordero de Dios
Tus pecados te son perdonados,
sigue repitiendo Jesús. Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo. Dichosos los invitados a la Cena del Señor.
Comunión
Hermanos: El
Señor Jesús sirve a los pecadores su banquete. Con alegría de pecadores
perdonados, marchemos a recibir al Pan de Vida.
Avisos parroquiales
(Después de la
oración poscomunión).
Rito de conclusión
La Misa ha terminado. Nuestra misión
comienza. El Señor nos ofrece su perdón y su paz. Corramos al encuentro de su
misericordia.
El Señor esté con ustedes.
Concédenos, Señor,
a nosotros, tus hijos,
que somos frágiles y pecadores,
una ilimitada confianza.
Y que la bendición de Dios...
Canto final
Querido amigos: Con alegría de sabernos
amados por un Dios bondadoso y compasivo, nos retiramos cantando.
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