«Anda, vende todo lo que tienes y luego sígueme»
Liturgia de las Horas: 4ta. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
Introducción a la celebración
Nos
ponemos de pie. Recibimos al padre que, en nombre de Cristo, presidirá nuestra
eucaristía, y, uniendo nuestros corazones y nuestras voces, cantamos.
En este domingo 28º durante el año, la liturgia nos propone
el desprendimiento y la pobreza evangélica, que no significa carecer de bienes,
pero sí no tener el corazón “atrapado” por ellos.
Hermanos y
hermanas: A todos nos gusta el dinero, todos desearíamos ser ricos. Pero
sabemos que la riqueza tiene sus riesgos: la dureza del corazón, la codicia, la
avaricia.
Saludo inicial
Qué difícil será para
los ricos entrar en el Reino de Dios, nos dice Jesús.
Hermanos: La
liturgia hoy nos propone la verdadera sabiduría de la vida: no vivir
“enloquecidos” por tener cada día más; ser pobres de corazón para poder ser
felices.
Que la sabiduría del Padre,
el ejemplo de Jesús
y la fuerza del Espíritu Santo
estén con todos ustedes.
Acto
penitencial
El Señor es bondadoso
y compasivo y siempre está dispuesto a perdonar. Pidamos confiadamente perdón.
– Tú
viviste pobremente, y nosotros queremos tener siempre más.
Señor, ten piedad.
– Tú
predicaste la pobreza, y nosotros nos dejamos atrapar por los bienes
materiales.
Cristo, ten piedad.
– Tú nos
quieres pobres de corazón, y nosotros retenemos aun lo que no usamos:
Señor, ten piedad.
Gloria
Pronunciemos, con
fervor, nombres y títulos en alabanza a Dios Padre, Dios Hijo y a Dios Espíritu
Santo: Gloria...
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Sab 7, 7-11): La verdadera sabiduría, la que viene de
Dios, nos descubre el verdadero valor de las cosas.
7
Por eso oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu
de la Sabiduría.
8
La preferí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas
en comparación con ella.
9
No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro,
comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado, será considerada
como barro.
10
La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la
luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso.
11
Junto con ella me vinieron todos
los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable.
Palabra de Dios
Salmo (Sal 89, 12-17): En respuesta a esta verdad, el salmo nos
invita a pensar en la brevedad de la vida para alcanzar la sabiduría del
corazón. Participamos de esta oración aclamando: Señor, sácianos con tu amor.
Segunda lectura (Heb 4, 12-13):
La segunda lectura nos enseña que la Palabra de Dios debe ayudarnos a conocer
las verdaderas intenciones de nuestro corazón.
12
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada
de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones
y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
13
Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto
a los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas.
Palabra de Dios.
Evangelio (Mc 10, 17-30; o bien más breve: 10, 17-27): El joven rico
del evangelio es imagen de todos nosotros.
17
Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le
preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?".
18
Jesús
le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.
19
Tú conoces los
mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso
testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre".
20
El hombre le
respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud".
21
Jesús lo miró
con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los
pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".
22
El, al oír estas
palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
23
Entonces
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos
entrar en el Reino de Dios!".
24
Los discípulos se sorprendieron por estas palabras,
pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!
25
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el
Reino de Dios".
26
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a
otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".
27
Jesús, fijando en ellos su mirada, les
dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es
posible".
28
Pedro le dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos
seguido".
29
Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y
hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,
30
desde
ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas,
madres, hijos, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro
recibirá la Vida eterna.
Palabra del Señor
Credo
Porque creemos
que la verdadera sabiduría reside en la Palabra de Dios, proclamamos: Creo...
Oración de los fieles
La Oración de los fieles es una noble
expresión del sacerdocio común. Pidamos por las necesidades de la Iglesia y del
mundo.
A cada intención, pedimos: Ayúdanos a ser desprendidos y pobres.
Para que
la Iglesia –que somos todos los bautizados– refleje el desprendimiento y la
pobreza evangélica. Oremos.
Para que los pueblos más pobres sean
efectivamente ayudados por los países ricos. Oremos.
Para que el dinero y los intereses
materiales no destruyan las buenas relaciones entre familiares y amigos. Oremos.
Para que todos nosotros alcancemos la
sabiduría de Dios haciéndonos solidarios y pobres de corazón. Oremos.
Danos tu sabiduría, Señor, para que usemos los bienes de este mundo de tal
manera que no perdamos la vida eterna.
Te lo pedimos...
Presentación
de las ofrendas
Todo lo que
tenemos es un don de Dios. Por eso presentemos al Señor nuestra decisión de
usarlos sin avaricia ni egoísmo, ayudando a quienes padecen necesidad.
Prefacio
(P.E. V/C)
Jesús nos enseña
a ser desprendidos y generosos. Por eso, con aclamaciones y el canto, demos
gracias al Señor, nuestro Dios, porque nos entregó a Jesús, que nunca permaneció indiferente ante
el sufrimiento humano.
Padrenuestro
Vamos a recibir
el Pan de Vida. Pidamos un corazón desprendido y generoso para que a nadie le
falte el “pan de cada día”. Padre nuestro...
Cordero de Dios
Éste es el
cordero de Dios que quita el pecado del mundo: Jesús, que proclamó felices a
los pobres de corazón. Dichosos los invitados a la Cena del Señor.
Comunión
Hermanos: El
Señor resucitado nos da su Cuerpo y su Sangre como alimento y garantía de vida.
Con alegría, marchemos a recibir el Pan de Vida.
Rito de conclusión
La Misa ha terminado. Nuestra misión comienza.
Hermanos:
Jesús nos propone la pobreza evangélica, que es desapego de los bienes de este
mundo; espíritu de servicio y generosidad en el compartir. A estos discípulos,
el Señor promete el ciento por uno en esta vida y en, la vida eterna.
El Señor esté con ustedes.
Tu gracia, Señor, acompañe siempre
a estos hijos tuyos.
Sácialos con tu amor
para que solamente te deseen
y te sirvan a ti.
Y que la bendición de Dios...
Canto final
Queridos amigos:
Con alegría por habernos acercado a la sabiduría de Dios, nos retiramos
cantando.
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