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Ciclo B
DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO-CICLO B
22 DE FEBRERO
MONICIÓN DE ENTRADA:
Cada domingo nos reunimos aquí para celebrar la eucaristía. En ella aprendemos a amar a Dios y a amarnos unos a otros, como nos manda Jesús. e después vamos a leer nos presentará a Jesús reunido en casa con muchos a los que proponía la palabra. Hoy también, aquí entre nosotros, se repite la misma escena.
Y en un contexto en el que pecado y enfermedad estaban íntimamente relacionados. Jesús premia la fe de los amigos de un paralítico, curando a éste de su enfermedad después de haberle perdonado los pecados. Comencemos nuestra misa con alegría, porque Jesús está en medio de nosotros.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA : (Is 43, 18-19.21-22.24c-25)
Dios habla por la boca del profeta para animar a su pueblo que se siente desolado en el exilio. Sus promesas se realizarán plenamente en Jesucristo. También a nosotros nos alcanza el buen obrar de Dios.
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 43, 18-19. 21-22. 24b-25
Esto dice el Señor:
-- No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alianza. Pero tú no me invocabas, Jacob; no te esforzabas por mí, Israel; no me saciabas con la grasa de tus sacrificios; pero me avasallabas con tus pecados, y me cansabas con tus culpas. Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 50"Misericordia, Señor: hemos pecado"
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, / por tu inmensa compasión borra mi culpa; / lava del todo mi delito, / limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa, / tengo siempre presente mi pecado: / contra ti, contra ti sólo pequé, / cometí la maldad que aborreces. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, / renuévame por dentro con espíritu firme; / no me arrojes lejos de tu rostro, / no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, / afiánzame con espíritu generoso. / Señor, me abrirás los labios, / y mi boca proclamará tu alabanza. R.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( 2 Cor 1, 18-22):
En Corinto había quien acusaba a Pablo de inconstante, de no cumplir lo prometido. Vamos a escuchar la respuesta que hace el apóstol a esa acusación. No se defiende personalmente, sino que señala dónde está el fundamento de la firmeza y de la constancia de los creyentes.
LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 18-22
Hermanos:
¡Dios me es testigo! La palabra que os dirigimos no fue primero “sí” y luego “no”. Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero “sí” y luego “no”; en él todo se ha convertido en un “sí”; en él todas las promesas han recibido un “sí”. Y por él podemos responder: “Amén” a Dios, para gloria suya. Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido. Él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu.
Palabra de Dios.
Jesús hizo cosas reservadas a Dios, como perdonar los pecados de los hombres. Algunos orgullosos, escandalizados, critican a Jesús. Otros, los humildes y sencillos, quedan admirados y dan gracias a Dios.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 2, 1- 12
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la Palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:
-- Hijo, tus pecados quedan perdonados
Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
-- ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de
Dios?
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
-- ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar?” Pues, para- que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...
Entonces le dijo al paralítico:
-- Contigo hablo. Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
-- Nunca hemos visto una cosa igual. PALABRA DEL SEÑOR
PETICIONES:
1. Por la Iglesia, que peregrina hacia el cielo, para que sea signo de caridad. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Por todos aquellos que anuncian, con esperanza y firmeza, la venida del Señor. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3. Por los que gobiernan, por todos los que trabajan por lograr la paz, fruto de la justicia; para que colaboren con su tarea en la construcción de un mundo nuevo según el proyecto de Dios. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4. Por los enfermos, los pobres y desamparados, para que el Señor sea su firme esperanza, ROGUEMOS AL SEÑOR.
5. Por nosotros, aquí reunidos; para que sepamos llevar a todos la esperanza alegre de la venida del Señor. ROGUEMOS AL SEÑOR.
6.- Por aquellos que caminan por el camino del mal, para que el Señor cambie su actitud. ROGUEMOS AL SEÑOR.
OFRENDAS:
"Señor, con el pan y el vino te presentamos nuestra vida. Haz de nosotros un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que yo ponga amor. Donde haya ofensas, que yo ponga perdón. Donde haya discordia, que yo ponga verdad. Donde haya duda, que yo ponga fe. Donde haya desesperanza, que yo ponga esperanza. Donde haya tinieblas, que yo ponga luz. Donde haya tristeza, que yo ponga alegría".
PADRE NUESTRO:
He llamado a tu puerta, Señor, y queremos decirte PADRE NUESTRO. Padre Nuestro, Padre de Jesús, tu enviado; Padre de todos los bautizados, pasados, presentes y futuros; Padre de todos los hombres, desde la aurora de los tiempos hasta su terminación. QUEREMOS DECIRTE CON JESÚS LA ORACIÓN QUE NOS ENSEÑÓ.
PAZ:
Danos, Señor, la paz, tu paz de cada día; la paz que el mundo no entiende, la paz que llena el corazón. Danos, Señor, la paz que prometiste a tus discípulos y que brota de las fuentes secretas de vivir perdonando a los hermanos y comprendiendo su fragilidad.
Danos, Señor, la paz, que nace de tener puestos en Ti los pies, porque tú eres roca fuerte. SEÑOR, DANOS LA PAZ.
MEDITACIÓN: ¡Dios es tuyo!
1.-¿Te das cuenta?
Dios es tuyo. Cada vez que comulgas en la Santa Misa, Él se te da por completo.
2.-Medítalo sin prisas… profundamente, porque la maravilla más grande se realiza en ti en esos momentos.
3.- Alma querida, recógete en silencio, dale la bienvenida con actos de amor y agradecimiento, acógele, no rechaces con tu tibieza esta íntima cita con Dios
4.- Él viene a ti, para dártelo todo: su inmenso amor, su perdón, sus méritos. Quiere enriquecerte sin medida, porque… tú… eres tan pobre….
5.- Pero no te asustes de tu miseria, porque…Dios es tuyo, para ti, y en la medida que tú le acojas y le aceptes, Él te llenará con sus dones, y …¡qué gran tesoro el tuyo!!!
6.- ¡Ofrécele sus méritos porque tú no tienes nada, y con ello le ofrecerás lo más grande y sublime que puedes ofrecer a Dios.!
7.- ¡Dios es tuyo!
Ofrece al Padre Misericordioso el corazón agonizante de su amadísimo Hijo!
8.- Su Hijo que se transforma para ti en la Santa Misa y quiere que le ofrezcas, en expiación de tus pecados y los del mundo entero. .
9.- ¡Qué poderoso eres, alma! Si tú lo quieres, puedes participar en la salvación del mundo. Porque… Dios es tuyo.
10.- Dios te ama con locura…
Ven a Él con humildad, abre tu corazón, déjale entrar, pídele perdón y Él habitará en ti llenándote con sus dones.
Pautas de la Homilía.
INICIO.:
1.-Celebramos el domingo Séptimo del tiempo ordinario.
2.-Somos creyentes en el Señor, pero de verdad creemos, vivimos y damos testimonio de nuestra fe.
*Cuentan que Diógenes era un filósofo griego que recorría las calles de Atenas con una lámpara encendida en pleno día para buscar un hombre; si hoy buscaran a un creyente comprometido y auténtico entre nosotros lo hallarían entre nosotros.
*Jesús es el auténtico rostro de Dios en nuestra historia, y sus palabras, acciones, muerte y resurrección son la señal de su manifestación divina.
DESARROLLO:
1.-El profeta Isaías nos detalla la profecía en medio del destierro: Dios promete algo nuevo, y no es otra cosa que su salvación.
*Nosotros reconocemos que esta profecía se cumple plenamente en Jesucristo.
2.-San Pablo nos recuerda la fidelidad de Dios, y ésta fidelidad de Dios se manifiesta en Cristo: hemos sido ungidos y sellados en Cristo. *Dios ha hecho una opción decidida y permanente por los hombres, y Dios quiere ser el Dios de los hombres. Esta opción es la que nos debe de alegrar profundamente el corazón y generar la verdadera alegría cristiana.
3:-Los milagros de Jesús son signos que nos indican que la salvación ya ha comenzado.
*Dos milagros se realizan en Cafarnaún en este evangelio: la curación del paralítico y el perdón de sus pecados.
*El perdón de los pecados se comunica a los apóstoles, y cada vez que nos acercamos al Sacramento del perdón se repite la misma hazaña, la misma entrega, el mismo perdón, y recuperamos la amistad y el amor de Dios.
4.-Hoy se necesitan “sanadores del espíritu”. Necesitamos humanidad, comprensión y cariño en medio de un mundo cada vez más competitivo y salvaje.
5.-Jesús valora el esfuerzo y la fe de los que llevan al paralítico, y Jesús, gracias a eso, lo rehabilita como persona.
*Solo desde el amor es posible salir de situaciones difíciles: muchos exdrogradictos y exludópatas afirman que salieron de ese infierno gracias al apoyo y al cariño de sus buenos amigos y de su familia.
6.-Reconocer la bondad y la misericordia de Dios implica afirmar y situar en su justa medida el pecado de cada uno de nosotros...También resuena en nuestro corazón las palabras de Jesús al paralítico: “Tus pecados quedan perdonados”.
FINAL:
1.-Que esta Eucaristía reafirme nuestra adhesión a Cristo y nos ayude a “sanar nuestro espíritu”
2.-Que María nos enseñe cómo tener entrañas de misericordia y ser verdaderos apóstoles para llevar a otros, como los hombres que llevaron al paralítico, a Cristo.
3.-Que saboreemos permanentemente el perdón y la misericordia de Dios.
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