El Espíritu está en nosotros
El Espíritu Santo llego fuerte e impetuoso a los discípulos reunidos en cenáculo. Pedro se “encaró” con la gente que había acudido a contemplar lo que había ocurrido allí. Lleno del Espíritu el primer Papa hablo con autoridad, fuerza y eficacia de Jesús y del Reino de Dios. Y aquel día se convirtieron muchos. La Iglesia comenzaba a vivir y lo hizo deprisa. Nunca un movimiento religioso se había extendido con la celeridad que lo hizo esta Iglesia nuestra en sus primeros años de existencia. Hoy dos mil años después descubrimos la misma presencia que nos hace sentir que el Espíritu está en nosotros hoy que seguimos el mandato del Señor Jesús de llevar su Palabra hasta los confines del mundo…
Liturgia de las Horas: Propio del Salterio
Color: Rojo
Santoral
Introducción
¡Es el Espíritu del Padre y del Hijo quien
nos congrega como familia de Jesús, para celebrar juntos la fiesta del amor
que en una cruz redimió a la humanidad. Jesús nos infunde su Espíritu, para
que nos vaya transformando a su imagen y semejanza... que para eso se nos ha
dado la vida y la fe...
Comencemos cantando...
Saludo de bienvenida
Queridos hermanos: Pablo nos asegura que desde
siempre Dios pensó en nosotros y nos dio la vida y la fe no para cualquier cosa
sino para que creciéramos y maduráramos a imagen y semejanza de su Hijo
Jesús... y aquí estamos celebrando que Jesús nos infunde su Espíritu para
que nos impulse y ayude en la difícil tarea de ser testigos vivientes de su
Evangelio... ¡nada menos!...
Por eso: que el Espíritu que procede del
Padre y del Hijo descienda sobre todos nosotros y nos de nueva vida, llene
nuestro corazón y nos encienda en el fuego de su amor y su verdad, y así podamos
renovar toda la tierra... (Amén)...
Acto
penitencial
Y como a pesar del bautismo, la
confirmación, la misa y la comunión de cada domingo, la fuerte correntada en
contra nos vence... Pidamos perdón con humilde arrepentimiento:
- porque si bien prometemos evitar
ocasiones de pecados, a veces jugamos con el fuego y nos quemamos.
Señor, ten piedad y perdónanos...
- porque a veces el amor propio nos
reprocha haber roto una línea de conducta y poco nos duele ofender tu
amor crucificado. Cristo, ten piedad y perdónanos...
- porque no pocas veces contristamos al
Espíritu Santo que nos fortalece con sus dones y hacemos que su poderosa
gracia santificante resulte infecunda. Señor, ten piedad y perdónanos...
Dios todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos de la vida eterna. Amén.
Liturgia de la
Palabra
Primera lectura (Hech
2, 1-11): Lucas nos da a entender cómo el Espíritu Santo comenzó a obrar en el
alma de los apóstoles y primeros discípulos enviados por Jesús a evangelizar el
mundo.
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.
Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban:
-- ¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.
Palabra de Dios
Salmo (Sal 103): R.- ENVÍA TU ESPÍRITU, SEÑOR, Y REPUEBLA LA FAZ DE LA TIERRA.
Segunda lectura (1Cor
12, 3b-7. 12-13): Pablo nos enseña que cuanto de bueno hay en nosotros proviene
del Espíritu Santo, el cual nos integra en un solo cuerpo, cuya cabeza es
Cristo.
Hermanos:
Nadie puede decir: “Jesús es Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.
Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Palabra de Dios.
SECUENCIA
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Evangelio (Jn
20, 19-23): Juan relata la primera aparición del Resucitado a sus discípulos,
cuando sopló sobre ellos, les infundió su Espíritu y los envió a
evangelizar el mundo.
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-- Paz a vosotros
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Palabra del Señor.
Oraciones de
los fieles
En el Jordán el Espíritu se posó sobre
Jesús como una paloma, en Pentecostés entró en el Cenáculo como ventarrón y
descendió como fuego sobre los apóstoles.
En nuestra Confirmación experimentamos la
presencia del Espíritu Santo que obra en nosotros con la fe, la esperanza, y el
amor a Dios. Pidámosle vivir conscientes de su acción y trabajar perseverantes
para que nos vaya transformando a imagen y semejanza de Jesús.
A cada invocación respondamos: ¡Ven
Espíritu Santo y llénanos con tus dones!
Nacimos y crecemos en un
mundo que rechaza toda verdad y justicia, el bien, la paz, la caridad, oscureciendo
la mente con errores y mentiras, endureciendo el corazón con egoísmos y
rencores. Por eso te rogamos:
Tú, Señor, nos confías la
misión de anunciar tu Evangelio con el ejemplo de nuestra vida y la palabra
oportuna por todos los medios a nuestro alcance... ayúdanos a superar nuestra
debilidad e indolencia, perseverando ante el rechazo. Por eso te rogamos:
¡Cuántos se han desvivido
para que hoy nosotros vivamos en la fe, confiemos en tus promesas y nos
animemos a construir el Reino de Dios!... Danos cuidar la herencia recibida y
trasmitirla acrecentada a nuestros descendientes. Por eso te rogamos:
Te pedimos por los que
cayeron luchando esta batalla: dales el premio eterno a sus desvelos y que,
comenzando por nuestro hogar y la comunidad toda, continuemos sus esfuerzos por
promover la vida nueva que Cristo nos da. Por eso te rogamos:
Oremos: Ven Espíritu de
Dios a recordarnos que en el Bautismo y la Confirmación nos constituiste en
apóstoles y misioneros de Cristo, para que muchos, al ver nuestras obras de fe
y caridad y nuestro entusiasmo apostólico, se animen a hacer otro tanto, para
gloria de Dios y salvación de todos los hombres, tú que eres el torrente de
vida y amor que recircula entre el Padre y su Hijo amado, por los siglos de los
siglos. Amén.
Presentación de las ofrendas
Cuando el Creador terminó de modelar nuestro
humilde barro, sopló en nuestras narices un hálito de su misma vida divina. Cuando
su amado Hijo Jesús se apareció resucitado a sus apóstoles, sopló también
sobre ellos su aliento divino y les infundió su Espíritu... y aquí estamos
nosotros, reviviendo todo aquello y presentando los frutos de la tierra y el
trabajo de nuestras manos, abriendo el alma para que aquel soplo divino despeje
cuanto se interponga a su acción santificadora...
Acompañemos nuestra ofrenda cantando.
Comunión
Donde está el Padre está su Hijo y el
Espíritu Santo, haciendo la Unidad en la Trinidad. Un Dios maravilloso ante el
cual sólo cabe
arrodillarse y adorar llenos de gozo, al
que es el Todo Absoluto de nuestra in- significante nada que, sin embargo, se
esconde en el Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Jesús, uniendo nuestra nada
a su Todo Infinito, ¡qué misterio de amor y misericordia!
Acerquémonos a comulgar cantando llenos de
gozo...
Despedida y bendición
final
Ven en Espíritu Santo, enciende nuestro
corazón con el fuego de tu amor y renovaremos la faz de la tierra... y
la convertiremos en antesala del cielo... Pidamos la fuerza de lo alto:
Aquel fuego que descendió sobre los
apóstoles, nos purifique de todo mal y nos ilumine con su luz. Amén.
Dios que reúnes en una misma fe a pueblos
de distintas lenguas, ayúdanos a perseverar en la vida cristiana y llegar al
cielo que esperamos. Amén.
Y que la bendición de Dios , Padre Hijo y
Espíritu Santo, descienda y permanezca siempre con nosotros. Amén.
Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
FELIZ DOMINGO EN EL ESPIRITU DEL SEÑOR !!
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