Liturgia de las Horas: Propio del Salterio
Color: Rojo
Santoral
Santos Pedro y Pablo, Solemnidad
MONICIÓN DE ENTRADA:
Bienvenidos todos a esta Eucaristía, memorial de la pascua de Jesucristo en esta Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Por decisión del Papa Benedicto XVI se ha dejado la Misa del Domingo Decimotercero del Tiempo ordinario para dar paso a la fiesta de los dos santos apóstoles. Y tiene un motivo, se inicia el Año Paulino –doce meses dedicados a San Pablo—que servirá para mejor conocer al Apóstol de los Gentiles y su mensaje. Pero al celebrar a San Pedro, al primer Papa, también conmemoramos la importancia del Papa, Sucesor de san Pedro y Vicario de Cristo.
La Eucaristía hace a la Iglesia y la encamina hacia la santidad y a la afirmación de su unidad. A decir verdad, la Eucaristía favorece el crecimiento espiritual de la Iglesia, que nos impulsa a una comunión de alma con Jesucristo. Y tenemos experiencia que sólo la experiencia del silencio y de la oración nos ofrece el ambiente adecuado para contemplar el Misterio de entrega y de donación de Cristo, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
La fiesta de San Pedro y San Pablo, apóstoles, es una grata memoria de los grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica.
ACTO PENITENCIAL.
Ven, Jesús, búscame, busca la oveja perdida. Ven pastor. Deja las noventa y nueve y busca la que se ha perdido. SEÑOR TEN PIEDAD.
Ven hacia mí. Estoy lejos. Me amenaza la batida de los lobos. Búscame, encuéntrame, acógeme, llévame. CRISTO TEN PIEDAD.
Ven y llévame sobre tus huellas. Ven Tú mismo. Habrá liberación en la tierra y alegría en el cielo. SEÑOR TEN PIEDAD.
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA : (Hech 12,1-11)
Pedro, proclamado por el propio Jesús roca de la Iglesia, tenía que probar las cadenas en su propia carne, para poder después proclamar el Evangelio como un pregón contra todo tipo de cadenas que intenten impedir al hombre realizarse plenamente.
La milagrosa liberación de Pedro evoca a la vez la noche de la liberación de Egipto y la de la Resurrección: muestra el dinamismo del Espíritu afirmándose en el mundo… Es la experiencia liberadora que se perpetuará en la Iglesia a lo largo de su historia.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Mi ser se gloría en el Señor, que los humildes lo oigan y se alegren.R.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( 1 Tim 4,6-8.17-18):
Pablo ha luchado sin descanso al final de su vida y está lleno de esperanza y optimismo, porqué tiene conciencia de haber luchado el combate legítimo y de haber conservado la fe. Se siente inútil y abandonado de los hombres; pero, lejos de desesperar, se vuelve totalmente hacia Dios, del que espera la salvación, vislumbrando así la plenitud de la vida por encima de la muerte.
MONICIÓN AL EVANGELIO (Mt 16,13-19)
Pedro responde, impulsado por el Espíritu Santo, en nombre de los apóstoles a la pregunta de Jesús: “¿Quién decís vosotros que soy yo?” Su respuesta y su fe es el fundamento de la comunidad que se va estructurando. El será su piedra básica, piedra de base de la comunidad que nace. Y Pedro recibe las “llaves del Reino. El es el portero del cielo que tiene la fe como único criterio de aceptación.
En la celebración eucarística nosotros nos edificamos como comunidad cristiana, asamblea de creyentes que preside Cristo, del cual es signo Pedro. Participando en el banquete común nos confirmamos en la verdadera fe, que potencia nuestra esperanza y nos hace vivir en caridad.
PETICIONES:
1.-Que la Iglesia sea fiel al evangelio y a impulso del Espíritu tenga una presencia testimonial y auténtica en medio del mundo. Roguemos al Señor.
2.-Que los cristianos bendigamos constantemente al Señor, proclamemos su fidelidad y anunciemos con ilusión el Evangelio. Roguemos al Señor.
3.- Que la caridad evangélica vivida en el seno de las comunidades cristianas sea fermento de vida nueva en este Tercer Milenio. Roguemos al Señor.
4.- Que los cristianos, piedras vivas de la única Iglesia de Cristo, trabajemos por desterrar de nuestros ambientes el egoísmo y la desconfianza, y seamos instrumentos de paz y reconciliación. Roguemos al Señor.
5.- Que los que son perseguidos por creer en Jesucristo, experimenten la ayuda de Dios. Roguemos al Señor.
6.- Que los obispos y cuantos tienen un ministerio en la Iglesia sirvan a los hermanos con humildad y amor. Roguemos al Señor.
7.- Que el Papa, sucesor de Pedro, anuncie el amor y la solidaridad a todos los pueblos. Roguemos al Señor.
8.- Que los que odian, matan, engañan y menosprecian los derechos de sus prójimos, el Señor les cambie sus corazones. Roguemos al Señor.
9.- Que nosotros amemos a Dios con todo nuestro corazón y al prójimo como a nosotros mismos. Roguemos al Señor.
OFRENDAS:
"Señor, con el pan y el vino te presentamos nuestra vida. Haz de nosotros un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que yo ponga amor. ...Donde haya tristeza, que yo ponga alegría".
PADRE NUESTRO.
Queremos decirte, Dios nuestro, que nos hagas imagen de tu Hijo Jesús y nos ayudes a ponernos en tus manos con entera confianza.
MONICIÓN A LA PAZ.
Señor Jesús, Tú dijiste a tus apóstoles: "OS DOY LA PAZ". No mires nuestros pecados, que ponen guerra y división. Mira, sobre todo, la fe de los que han puesto toda su confianza en Ti, Dios de la paz. DANOS, SEÑOR, TU PAZ.
INVITACIÓN A COMULGAR:
Jesús dice: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí no podéis hacer nada”.
Venid. El Señor nos llama a su convite. En la comunión nos unimos con él para dar fruto abundante.
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