En este 14º domingo durante el año, Jesús alaba al Padre por haber ocultado las maravillas del Reino a los orgullosos y autosuficientes, y, por habérselas manifestado a los sencillos de corazón.
Nos ponemos de pie. Recibimos al padre que presidirá nuestra eucaristía y cantamos.
Saludo inicial
Los orgullosos que se creen dueños de la verdad no están en condiciones de recibir la gran noticia del Reino de Dios. El Padre se las revela a los sencillos de corazón.
La gracia y la paz de Jesús,
.Mesías humilde
que nos invita a ir hacia él
para aliviar nuestra carga,
esté con todos ustedes.
Acto penitencial
Hermanos: Muchas veces vivimos según los criterios de este mundo. Nos cuesta superarlo. Pidamos humildemente perdón.
– Porque no nos dejamos conducir por el Espíritu de Dios.
Señor, ten piedad.
– Porque no nos dejamos atrapar por los criterios del mundo.
Cristo, ten piedad.
– Porque nos cuesta practicar la humildad y la mansedumbre.
Señor, ten piedad.
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Zac 9, 9-10): El profeta Zacarías anuncia al futuro Mesías como un rey humilde.
-- Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.
Palabra de Dios.
Salmo (Sal 144, 1-2. 8-11. 13c-14): El salmo alaba y bendice al Señor porque es bondadoso y compasivo. Participamos de esta oración, exclamando:
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.-
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.-
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor.
Que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.-
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R.-
Segunda lectura (Rom 8, 9. 11-13): El apóstol san Pablo nos exhorta a superar los criterios de este mundo –que él resume en la palabra “carne”– y nos invita a dejarnos conducir por el Espíritu de Dios.
Hermanos:
Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.
Palabra de Dios.
Evangelio (Mt 11, 25-30): El Rey manso y humilde, Jesucristo, convoca a su reino a los que son pobres y humildes de corazón.
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
-- Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Palabra del Señor.
Confesemos nuestra fe en Dios Padre Todopoderoso que, por obra del Espíritu Santo, manifestó las maravillas del Reino en Cristo Jesús. Creo...
Oración de los fieles
Hermanos: Invitados por Jesús a recurrir a él, pidamos por nuestras necesidades y las del mundo entero.
A cada intención, pedimos: Señor, haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Para que la Iglesia no se deje seducir por la soberbia y no se deje engañar por las argucias de los poderosos de este mundo. Oremos.
Para que las naciones rehúsen con firmeza el empleo de la violencia en la solución de los conflictos. Oremos.
Para que cuantos se sienten afligidos y agobiados por la lucha cotidiana encuentren alivio y descanso en Jesús y en nuestra fraternidad. Oremos.
Para que aprendamos de Jesús la mansedumbre y la humildad, mediante la ayuda mutua. Oremos.
(Añadir y/o sustituir intenciones)
Padre misericordioso: completa en nosotros la obra que comenzaste, auxílianos en la búsqueda de la humildad de tu Hijo y la docilidad al Espíritu Santo. Te lo pedimos...
Presentación de las ofrendas Ofrezcamos al Señor el propósito de imitar a Jesús, manso y humilde de corazón.
Prefacio (Prefacio común VIII)
Alabemos a Dios, Padre santo, porque Jesús, nuestro Redentor, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu.
Padrenuestro
Hermanos: Animados por el Espíritu que nos hace llamar a Dios “Padre”, digamos con fe: Padre nuestro...
Cordero de Dios
Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo: Jesús, que alivia nuestras fatigas. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Comunión
Hermanos: Vayamos al encuentro de Cristo, que viene a nosotros para aliviar nuestra carga y darnos descanso en nuestras fatigas.
Avisos parroquiales
(Después de la Oración poscomunión).
Rito de conclusión
La Misa ha terminado. Nuestra misión comienza.
Hermanos: El Señor nos invitó: “Vengan a mí...” y prometió aliviarnos.
Vayamos a la vida cotidiana con la tranquilidad de esta promesa y decididos, a aliviar la carga de los demás.
El Señor esté con ustedes.
Dios bondadoso y compasivo,
concede a tus hijos
la gracia de imitar a Jesús,
para que, liberados de la servidumbre del pecado,
alcancen los gozos eternos.
Y que la bendición de Dios...
Despedida
Volvamos a la vida cotidiana con el alivio de la Palabra de Jesús, que nos invita a vivir en la alegría de los hijos de Dios.