Un cristiano es el que ha experimentado a Cristo. Esto no quiere decir que todo cristiano tenga que ver a Cristo. No le habéis visto y creéis en él, es una bienaventuranza, es una dicha: creed en Cristo sin ver. No lo hemos visto, pero lo hemos experimentado. Desde la experiencia a la fe, desde la fe a la experiencia. Nada mejor nos puede suceder. Que es creer en Cristo desde la experiencia, es empezar a ver, a vivir, a ser como Cristo. San Agustín con su expresividad acostumbrada nos lo dice, no somos cristianos, somos Cristo.
Las lecturas de hoy nos invita a encontrarnos una vez más con Cristo, a renovar nuestra fe en Cristo, a vivir el amor de Cristo y a intensificar nuestra unión con Cristo.
ACTO PENITENCIAL:
Yo sé que me quieres, Señor, porque eres bueno, porque tienes un corazón sensible. Perdóname, límpiame del pecado y de mis continuas caídas, levántame. Me siento pecador ante ti, que eres Santo; mi pecado está agarrado a mí. Contra Ti, contra Ti sólo pequé, y tus ojos han visto con pena mi corazón manchado. Eres bueno, Padre, justo y recto y juzgas sin chantajes. Lo siento, nací manchado por la culpa. Ya antes de nacer estuve envuelto en tinieblas pero Tú me miras y me amas.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Hch 9,26-31)
La Iglesia seguía edificándose después de la resurrección de Jesús. Ahora entra en escena San Pablo, el que, camino de Damasco, vio a Jesucristo resucitado y se hizo cristiano. Vamos a escuchar el relato de la presentación a los apóstoles.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.
En aquel tiempo, Saulo cuando llegó a Jerusalén, trató de unirse a los demás
discípulos; pero todos lo temían, no creyendo que fuera de verdad discípulo. Entonces
Bernabé lo tomó consigo, lo presentó a los apóstoles y les refirió cómo en el camino
Saulo había visto al Señor, que le había hablado, y cómo en Damasco había predicado
públicamente en el nombre de Jesús. Desde entonces se movía libremente en
Jerusalén, hablando con libertad en el nombre del Señor. Hablaba y discutía con los
helenistas, los cuales intentaron matarle. Los hermanos, al enterarse, lo llevaron
escoltado a Cesarea y le hicieron partir para Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda
Judea, Galilea y Samaría; se consolidaba y progresaba en la fidelidad al Señor, y se
extendía alentada por el Espíritu Santo.
Salmo responsorial Sal 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32 (J_26a)
R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
Cumpliré mis votos delante de sus fieles. Los desvalidos comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: viva su corazón por siempre.
R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
Lo recordarán y volverán al Señor hasta de los confines del orbe; n su presencia se postrarán las familias de los pueblos. Ante él se postraránlas cenizas de la tumba, ante él se inclinaránlos que bajan al polvo.
R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá, hablarán del Señor a la generación futura, contarán su justicia al pueblo que ha de nacer: todo lo que hizo el Señor.
R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (1 Jn 3,18-24)
Continuamos la lectura que venimos haciendo a lo largo de los domingos de Pascua, de la primera carta de San Juan. Nos ayuda a profundizar en lo que significa ser cristiano. Dispongámonos a escuchar este mensaje de vida.
Lectura de la primera carta de San Juan
Amémonos no de palabra ni de boquilla, sino con obras y de verdad. En esto
conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia delante de
él: en que, si alguna vez nuestra conciencia nos acusa, Dios está por encima de nuestra
conciencia y lo sabe todo. Queridos míos, si nuestra conciencia no nos acusa, podemos
estar tranquilos ante él. Todo lo que pidamos, él nos lo concederá porque guardamos
sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Éste es su mandamiento: que creamos
en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos los unos a los otros, según el
mandamiento que nos ha dado. El que guarda sus mandamientos permanece en Dios,
y Dios en él. Por esto conocemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que
nos ha dado.
MONICIÓN AL EVANGELIO (Jn 15,1-8)
Jesús resucitado nos ofrece el regalo de su vida y de su amor. Si permanecemos unidos con él, la Iglesia irá creciendo poco a poco, como crecen los sarmientos de una viña cuando están bien unidos al tronco de la vid. Escuchemos lo que nos dice el evangelio de San Juan.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la vid verdadera y mi Padre el
viñador. Él corta todos los sarmientos que no dan fruto en mí, y limpia los que dan
fruto para que den más. Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he dicho.
Seguid unidos a mí, que yo lo seguiré estando con vosotros. Como el sarmiento no
puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid, así tampoco vosotros si no estáis
unidos a mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo
en él, da mucho fruto; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no está unido a mí
se lo echa fuera, como a los sarmientos, que se los amontona, se secan y se los prende
fuego para que se quemen. Si estáis unidos a mí y mis enseñanzas permanecen en
vosotros, pedid todo lo que queráis y se os concederá». «Mi Padre es glorificado si
dais mucho fruto y sois mis discípulos”.
PETICIONES:
1.- Para que encuentres en los pueblos frutos de paz y justicia. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2.-Para que la Iglesia sea tu viña escogida y agradecida. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3.-Para que sepamos aceptar la necesidad de la poda. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4.- Para que sepamos acoger a cuantos quieran formar parte de la viña. ROGUEMOS AL SEÑOR.
5.-Para que en las familias crezcan los hijos como fuentes del amor. ROGUEMOS AL SEÑOR.
6.-Para que cuantos reciben los sacramentos de la iniciación cristiana, permanezcan unidos a Cristo. ROGUEMOS AL SEÑOR.
7.-Para que todos nosotros vivamos en creciente unión con Dios y con los hermanos. ROGUEMOS AL SEÑOR.
OFRENDAS.
“Señor, con el pan y el vino te presentamos nuestra vida. Haz de nosotros un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que yo ponga amor. Donde haya ofensas, que yo ponga perdón. Donde haya discordia, que yo ponga verdad. Donde haya duda, que yo ponga fe. Donde haya desesperanza, que yo ponga esperanza. Donde haya tinieblas, que yo ponga luz. Donde haya tristeza, que yo ponga alegría".
PADRE NUESTRO:
Si un alma no practica la misericordia de alguna manera, tampoco la alcanzara de mí en el día del juicio. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzaran misericordia. Habrá un juicio sin misericordia, para quien no practico la misericordia. Por eso oramos: perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. En el padrenuestro pedimos a Dios el perdón, en la misma medida que nosotros lo practicamos con el prójimo.
PAZ:
Jesús se puso en medio nuevamente: paz, amigos. Todo él pacificaba. Miradme a mí. Todo él les alegraba. De amor y paz, todo él era una fuente. De belleza era un sol resplandeciente, de perdón un diluvio que no acaba, vida nueva creaba y recreaba, de espíritu era hoguera permanente. Sed vosotros también ascua encendida y llevad por el mundo mis amores, testigos del perdón y de la vida. Anunciad evangelios redentores, proclamad que la muerte ya es vencida. SEÑOR, DANOS A NOSOTROS TAMBIÉN TU PAZ.
MEDITACIÓN
Señor
Enséñanos a mirar al cielo.
Enséñanos a gustar las cosas de arriba.
Enséñanos a guardar tus palabras.
Enséñanos a anunciar tu mensaje.
Enséñanos a sentir tu presencia viva.
Enséñanos a reunirnos con los hermanos.
Enséñanos a extender tu Reino.
Enséñanos a no vivir cruzados de brazos.
Enséñanos a rastrear tu presencia.
Enséñanos a escuchar a tu Espíritu.
Enséñanos a recorrer tus caminos.
Enséñanos a esperar tu venida gloriosa.
Pautas de la Homilía.
INICIO.:
1.-Celebramos el V domingo de Pascua.
1.-El Señor nos ha invitado a reunirnos para celebrar este misterio salvífico, porque él nos dice que “Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”
DESARROLLO:
1.-La experiencia deslumbradora de Pablo puede ser para nosotros un estímulo y un desafío que nos haga salir de nuestra mediocridad:
*Pablo o Saulo era un perseguidor de la Iglesia que tuvo una experiencia maravillosa de Cristo: Jesucristo, al que perseguía, se le manifiesta vivo. Se convierte y se hace cristiano.
*Los creyentes de la comunidad de Jerusalén no se fiaban de que Pablo fuera discípulo y Bernabé se lo presentó a los apóstoles.
*Pablo contó su conversión y su experiencia.
*Predicaba públicamente el nombre del Señor. Y experimentaba la persecución.
*La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Progresaba en la fidelidad y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo.
2.-San Juan nos exhorta a no desfallecer nunca en amar de corazón: “Amemos con obras y según verdad, no de palabras ni de boca”
*Dios es amor y nuestra vocación es amarle con todo el corazón y al prójimo como a nosotros mismos.
*Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
*su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó.
*Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él..
3.-Jesús nos invita a la unión entre nosotros y él, entre nosotros mismos, y nosotros y el Padre: “Yo soy la vid y mi Padre es el labrador”.
*”A todo sarmiento que no da fruto lo poda para que dé más fruto”: el valor purificador de todo lo que nos ocurre. Todo es para nuestro bien y nuestro crecimiento interior.
1.-El Señor nos invita en este día a mantenernos fiel: “Permaneced en mi y yo permaneceré en vosotros”
2.-Si estamos unidos a Cristo daremos frutos de buenas obras: “El que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante. Sin mi no podéis hacer nada”.
*Enlazamos el evangelio de hoy con la segunda lectura que hemos leído, la primera carta de San Juan: “Amemos con obras y según verdad, no de palabras ni de boca”
*El criterio del discernimiento para saber si caminamos por la senda de Dios es el amor: “Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él”
*Como dice San Agustín, "que cada uno examine su obra y vea si brota del manantial del amor y si los ramos de las buenas obras germinan de la raíz del amor".
FINAL:
1.-Pidamos especialmente a través de esta Eucaristía que tengamos gran fidelidad al Señor.
2.-Pidamos a Dios que amemos con obras y según verdad, no de palabras ni de boca, como nos recordaba el apóstol San Juan.
2.-Miremos a María para que nos enseñe a ser ofrenda agradable desde la coherencia, la fe, y la caridad.
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