
Color: Blanco
Santoral
San Bonifacio, Arzobispo de Máinz, Mártir
Solemnidad de la Ascensión del Señor
Hermanos: La fiesta pascual sigue “a toda marcha”: hoy celebramos la Ascensión del Señor al cielo. Es la fiesta del triunfo glorioso de Cristo “sentado a la derecha del Padre”. Triunfo que esperamos compartir también nosotros, que somos miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia.
Con la alegría de haber sido convocados a celebrar el triunfo de Jesús y participar de su gloria, nos ponemos de pie y recibimos al padre que, en nombre de Cristo, presidirá nuestra eucaristía. Uniendo nuestros corazones y nuestras voces, cantamos.
Saludo inicial
“Dios lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha, en el cielo”, nos dirá san Pablo.
Hermanos: La Pascua de la resurrección de Jesús llega hoy a su momento culminante. Jesús, que se humilló hasta la muerte y muerte de cruz, fue resucitado por el Padre, el cual lo exaltó y lo constituyó Señor. Su gloria, un día, será nuestra propia gloria.
Que Jesús, resucitado y glorificado
a la derecha del Padre
para interceder por nosotros,
permanezca con cada uno de ustedes.
Acto penitencial
(Si se realiza el rito de aspersión, ver domingo de Pascua. De lo contrario, después de la invitación del celebrante y un momento de silencio).
– Tú que estás glorificado junto al Padre.
Señor, ten piedad.
– Tú que nos llamas a participar de tu gloria.
Cristo, ten piedad.
– Tú que nos hiciste testigos tuyos.
Señor, ten piedad.
Alegrémonos, porque la Ascensión de Jesucristo es ya nuestro triunfo, y proclamemos (cantemos) con fervor: Gloria...
Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Hech 1, 1-11): El libro de los Hechos narra la Ascensión de Jesús y la promesa de enviar el Espíritu Santo.
-- No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.
Ellos lo rodearon preguntándole:
-- Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?
Jesús contestó:
-- No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.
Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndole irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
-- Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.
Palabra de Dios
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.-
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas;
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad. R.-
Porque Dios es el rey del mundo;
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R.-
Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.
Palabra de Dios
Evangelio (Mt 28, 16- 20): Jesús asciende al cielo y nos constituye en “testigos” de su resurrección y su mensaje.
-- Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Palabra del Señor
Credo
Desde sus comienzos, la Iglesia ha confesado que Jesús “está sentado a la derecha de Dios”. Proclamemos con fe: Creo...
Oración de los fieles
Roguemos a Jesús, glorificado junto al Padre, para que el anuncio del Evangelio llegue a todos los hombres.
A cada intención, pedimos: Ayúdanos a ser testigos y misioneros.
Para que se multipliquen los testigos y misioneros de Cristo en todos los pueblos. Oremos.
Para que el amor triunfe sobre la indiferencia y las naciones ricas ayuden solidariamente a los pueblos pobres. Oremos.
Para que los derechos de todos los hombres –en particular los indefensos– sean respetados y que nadie abuse de su hermano. Oremos.
Para que cada uno de nosotros acepte la misión evangelizadora que lo hace testigo de Jesús. Oremos.
(Añadir y/o sustituir intenciones).
Señor Jesús, infunde en nosotros el espíritu de sabiduría para conocer la esperanza a la que hemos sido llamados y, así, animarnos a ser testigos tuyos hasta los confines de la Tierra. Tú que vives y reinas...
Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvación, es nuestra gran ofrenda al Padre. Unidos a él, junto al pan y el vino, llevemos al altar las intenciones que guardamos en el corazón y el deseo de ser testigos de Jesús.
Prefacio
Jesús nos constituyó sus testigos. Junto al celebrante, demos gracias al Señor, nuestro Dios, porque Jesús, Rey de la gloria, nos hará seguirlo a su reino glorioso. Coronamos la alabanza con el canto del Santo, canto de todos los que fueron testigos de Cristo.
Padrenuestro
Al prepararnos a comulgar, acudamos a nuestro Padre con la confianza que nos da nuestra condición de hijos: Padre nuestro...
Cordero de Dios
“Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo”, dice el Señor. Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la Cena del Señor.
Comunión
Hermanos: La unión con Jesús en la Eucaristía es un anticipo de nuestra futura gloria junto a él, en el cielo. Llenos de gozo, vayamos a comulgar, cantando...
(Después de la Oración poscomunión).
La Misa ha terminado. Nuestra misión comienza.
“Serán mis testigos...”, dijo Jesús, y nos ordenó anunciar la Buena Noticia.
Hermanos: Vayamos a la vida cotidiana y, con la palabra, el ejemplo y la alegría, proclamemos que Jesús es el Señor.
Que el Señor esté con ustedes.
Queridos amigos: Jesús prometió enviar el Espíritu Santo. Lo celebraremos el próximo domingo. Con alegría de ser testigos de Jesús, nos retiramos cantando...